14 de Octubre de 2020- Miercoles
Dejar ir
TRABAJO EN CONJUNTO CON LA DIVINIDAD PARA LOGRAR GRANDES COSAS.
Un surfista aprovecha el poder del océano para realizar su emocionante recorrido hasta la costa. Yo también me coloco en el centro de la ola del poder de Dios. No me adelanto al frente de ella forzando mi voluntad, ni me paralizo por el miedo o la inseguridad. Al centrarme en la ola, puedo discernir la respuestas y la dirección que debo tomar.
Me dejo llevar por el gran poder de Dios y navego la ola que es mi guía y dirección interiores. En la oración, desisto de querer saber qué va a ocurrir y confío en que mi bien mayor se está desarrollando. Hago lo que me corresponde, dejando lo más grande a Dios. Presto atención a mi intuición y sigo la guía que recibo. Luego sigo mi motivación interna llevar a cabo acciones con propósito y determinación.
Ciertamente, tú eres mi roca y mi castillo; guíame; encamíname por causa de tu nombre.—Salmo 31:3