Puede que no sepa lo que el futuro me depara, mas sé que tengo el poder y el valor para crearlo. He sido bendecido con la conciencia poderosa de que mi visión espiritual me ayuda a dirigir mi vida.

Al abrirme a la actividad del Dios que mora en mí, soy capaz de discernir una guía clara que le da dirección a mi vida. Mis pensamientos y palabras afirman mi visión, y mis acciones me impulsan hacia la realización de mis metas.

Mantengo mi mente abierta a todas las posibilidades. Gracias a mi visión espiritual, yo soy capaz de ver el panorama completo, incluyendo los detalles intricados del sendero. Tengo fe en que Dios mora en mí a lo largo del camino.