Cuido de mi amado hogar, del planeta Tierra. Así como quiero que mi vivienda, mi cuerpo y mis seres queridos sean cuidados y protegidos, oro y trabajo por la protección de la Tierra.

En el libro del Génesis leemos que a la humanidad se le dio el dominio sobre los animales. Acepto esa responsabilidad y la ejerzo sabiamente. Reconozco lo que puedo hacer para mantener el planeta sano y vibrante: reciclar, optar por productos seguros para el ambiente, reducir desperdicios y conservar limpios el agua, el aire y el ambiente para todas las formas de vida. En mi práctica espiritual bendigo y doy gracias por la Tierra y por quienes comparten el llamado y el compromiso de protegerla.