Existen muchas maneras de sentirme libre. Puedo trabajar y lograr metas para ser libre financieramente. Puedo determinar aprender algo nuevo para fomentar mi libertad intelectual o ejercitar mi cuerpo para tener mayor libertad de movimiento. Aun cuando me esfuerce para experimentar mayor libertad en mi humanidad, recuerdo que siempre soy libre a nivel de espíritu.

Ninguna circunstancia tiene poder sobre mí. Vivo partiendo de mi naturaleza divina. Gracias a mis dones de comprensión y fe, reconozco y acojo discernimientos que promueven mi sentido de libertad. Mis dones espirituales de fortaleza y eliminación me mantienen en curso y me ayudan a dejar a un lado los hábitos que puedan menoscabar mi crecimiento espiritual.