Puede que a veces me sienta rodeado de limitaciones. Tal vez tenga mucho que hacer y no tenga el tiempo suficiente. Otras veces pareciera que no tengo lo que necesito para lograr mis metas. En esos momentos, me aparto de las cosas mundanales y recuerdo que no hay limitaciones en Dios.

Como creación de Dios, no tengo límites. Las ideas divinas que declaro en oración, me alinean con la Verdad. Mi fe me ayuda a darme cuenta de que puedo lograr mis metas. Aceptarlo me hace estar más receptivo a las posibilidades. Mantengo pensamientos positivos y creativos que alimentan mis sueños.

Admiro la esencia ilimitada del Cristo en mí y en toda la gente mientras oro por la paz, la prosperidad, el consuelo y las vidas bien vividas.