A veces me identifico tanto con mi lado humano, que paso por alto mi naturaleza divina. Hoy recuerdo y asevero quién soy. Yo soy Espíritu ilimitado expresándose de manera única por medio de mí.

Declaro con valentía: Yo no soy mi cuerpo; YO SOY mora en mi cuerpo. No soy mis inquietudes; YO SOY discierne mis sentimientos. No soy mis pensamientos; YO SOY evoca mis pensamientos. Más allá de la actividad física, emocional y mental, yace mi verdadero yo.

El Espíritu en mí es ilimitado, infinito y sin ataduras. Vivo en perfecta armonía con mi identidad divina. Exclamo la expresión consciente YO SOY como palabras poderosas de afirmación. Yo soy pleno. Estoy en paz. Yo soy un hijo amado de Dios. Siento gratitud.