El amor es el poder unificador que me conecta con toda la creación y me guía e inspira. Yo soy un eslabón en la gran cadena de la humanidad. Mi resolución es mantenerme en armonía con la familia humana. Al mantener mi atención en el poder del amor divino, avivo el punto de conciencia en mi corazón que ve la divinidad de cada persona.

Incluso si no es aparente para mí, reafirmo esa verdad mediante mi fe. El poder del amor siempre está a nuestro alcance. 

Qué cálido es el sentimiento que crece en mi corazón cuando me sumerjo en el amor de Dios. En esencia, yo soy amor, de manera que abro paso a la presencia del amor divino en cada relación personal y circunstancia en mi vida. El amor es mi centro.