22 de Agosto de 2022- Lunes
Curación
PERMITO QUE LA VIDA DE DIOS FLUYA POR MEDIO DE MÍ AHORA, Y SOY SANADO.
La vida divina, la vida de Dios, está presente siempre y por doquier. Es la energía que mantiene mi cuerpo físico en perfecto equilibrio. Aun cuando esté enfermo o sienta dolor, la vida divina está activa, siempre buscando una expresión más completa y vibrante por medio de mí.
Si necesito sanar, dejo ir tiernamente cualquier pensamiento de enfermedad y pongo toda mi atención en la energía de la vida divina en mí. Bendigo mi cuerpo y le doy gracias. Al dirigir mi atención hacia mi interior y enfocarla en el ritmo de mi respiración, tomo conciencia de la energía vibrante de la vida divina en todas partes de mi cuerpo. Siento que esta vida me restaura a mi estado natural de salud. ¡La vida de Dios fluye en mí ahora!
Entonces tu luz brillará como el alba, y muy pronto tus heridas sanarán.—Isaías 58:8