Dios en mí es sabiduría e inteligencia.

En el mundo moderno de alta tecnología, puedo obtener información con pulsar un botón. Sin embargo, mi necesidad es mayor que mera información. Necesito guía. Necesito la sabiduría para discernir cuál decisión me llevará hacia mi mayor bien.

Mas, siempre tengo acceso a la inteligencia divina, la cual es mucho más confiable que cualquier otro tipo de información. En mí yace un gran almacén de conocimiento sustentado por la sabiduría de Dios.

Al tomar tiempo para acallarme y prestar atención, Dios llena mi mente de idas divinas, alinea mis pensamientos, guía mis acciones y me alienta en el sendero de la vida. Gracias a la oración encuentro las respuestas que busco.

Pero si allí buscan al Señor su Dios con todo su corazón y con toda su alma, lo encontrarán.—Deuteronomio 4:29