El asma
Un alto porcentaje de niños nacen con una predisposición genética, esto significa que tienen un gen productor de anticuerpos que en lugar de proteger reaccionan liberando sustancias químicas. Estos anticuerpos llamados reagínicos se unen a grupos celulares (basófilos y mastocitos) como hilos de un globo que al tirar de ellos los rompen, produciendo la salida de su contenido y liberando numerosas sustancias químicas que conducen a la INFLAMACIÓN ALERGICA. Cuando esta reacción se desarrolla en los BRONQUIOS se produce el ASMA.
Más de 300 millones de personas en todo el mundo ven afectada su calidad de vida por el asma, y esta cifra va en constante aumento. El asma se produce por una obstrucción de las vías aéreas (pequeños y grandes bronquios) que es reversible por sí sola o por acción de drogas broncodilatadoras. La obstrucción bronquial es producida por un espasmo de los músculos que rodean al bronquio, o por la inflamación de las paredes del bronquio. A esto se le agrega un aumento de la formación de catarro bronquial.
Ambos procesos producen una disminución de la luz bronquial, lo cual dificulta el pasaje de aire. Si este proceso inflamatorio no se trata como es debido, al cabo de los años, la reversibilidad se dificulta, los músculos bronquiales pierden elasticidad y no se produce un buen intercambio gaseoso llevando al paciente a una dificultad para respirar, en forma permanente.
Para muchos especialistas en la materia, el aumento de la prevalencia del asma es resultado de la creciente contaminación ambiental y del aumento del tiempo que las personas pasan en sus hogares, en contacto con factores alergénicos.
Tratamiento y prevención
El ataque de asma o acceso, que suele ser desencadenado por factores alergénicos presentes en el medio ambiente, puede presentarse de varias formas. La más común es la sensación de falta de aire, con silbidos en el pecho que no siempre son audibles, y que puede estar acompañada de tos.
La tos deriva en bronco espasmos: dentro de los pulmones se cierran los músculos de los conductos por donde circula el aire llamados bronquios, alterando el mecanismo de intercambio gaseoso que oxigena la sangre, lo que produce un aumento de la frecuencia respiratoria para compensar la demanda de oxígeno del organismo.
Actualmente, los médicos ya no se limitan a tratar el asma sólo cuando se producen los ataques; hoy por hoy existen medidas de prevención que permiten mejorar la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad. En la última década la política de tratamiento ha cambiado y se utilizan corticoides inhalatorios como medida preventiva. El asma debe ser tratada como una enfermedad crónica, igual que la hipertensión y la diabetes, pues una persona es asmática durante toda su vida.
Genética y atopía
El asma tiene una base genética y lo más probable es que sean varios y no uno sólo los genes implicados. En los últimos años, y gracias al desarrollo y perfeccionamiento de las técnicas de biología molecular, se ha logrado identificar un reducido número de genes cuya presencia estaría relacionada con esta enfermedad.
Otro factor fundamental asociado con la inflamación y el espasmo bronquial característico de las personas asmáticas es la atopía, que es la capacidad del sistema inmunológico de reaccionar con mecanismos alérgicos ante determinados factores alergénicos como los ácaros, las células epiteliales de la piel de perros y gatos, las esporas de los hongos, el polen, entre muchos otros. Pero aunque en algunos pacientes el asma es una enfermedad alérgica en la cual los episodios son disparados por algunos de estos factores alergénicos, en otros no.
Es fundamental en el asmático efectuar además del tratamiento con medicamentos, el control ambiental, que consiste en evitar en lo posible el contacto del paciente con todas aquellas sustancias a las que es alérgico, así como también con sustancias irritativas y polutantes, entre las que sobresale el humo del tabaco. Además es útil la inmunoterapia con vacunas estandarizadas y evaluadas con criterios internacionales.
Fuente : Buenasalud