Enfermedad Celiaca
Enfermedad celiaca o sprue, es una enfermedad inflamatoria del intestino delgado producida por la ingestión de trigo en individuos predispuestos (genéticamente).
Los intestinos contienen proyecciones (llamadas vellosidades) que suelen absorber los nutrientes. La enfermedad celíaca hace que las vellosidades se aplanen y se pierda la capacidad de absorción de nutrientes. Se pueden presentar signos de desnutrición, pérdida de peso, retraso en el crecimiento, agotamiento muscular, neuritis periférica y períodos prolongados de sangrado y deficiencias de vitaminas como consecuencia de la malabsorción (absorción inadecuada de los nutrientes desde el tracto intestinal).
Aunque para el desarrollo de la enfermedad se requiere una constitución antigénica determinada, en razón de la desigual distribución de la enfermedad según los países y regiones del mundo (es más prevaleciente y de aparición obviamente más precoz en aquellos en los que los cereales involucrados se administran más precozmente a los niños) se recomienda no incorporarlos a la dieta infantil hasta después del octavo mes de vida.
La enfermedad celíaca, usualmente desarrollada en la infancia, implica una intolerancia al gluten, el cual es el componente proteínico del trigo, la avena, el centeno y la cebada. La causa de esta enfermedad aún no se entiende. Puede tratarse de un factor inmunológico o un defecto hereditario de la mucosa y su diagnóstico se hace por medio de una biopsia intestinal y análisis sanguíneo.
Tanto la atrofia del intestino como la mala absorción mejoran al desaparecer el agente que lo causa. El cuadro no aparece en forma completa, en algunos casos pueden pasar años hasta que se vean los primeros síntomas. Estos pueden ser diarrea esteárica (con pérdida de grasa) y otros síntomas atípicos como anemia, alteraciones del esmalte dentario, epilepsia, retraso del crecimiento, fracturas patológicas (es decir fracturas de huesos con golpes sin importancia) y trastornos en la visión.
Efectivamente, el paciente mejora si suprime de la alimentación el trigo, la avena, cebada y centeno. Las frutas y verduras, la carne y el pescado son buenas fuentes de calorías para las personas que padecen la enfermedad celíaca. Se recomienda no consumir alimentos procesados o preparados sin que se conozca su contenido y la forma como se llevó a cabo su preparación.
Deben evitarse algunas comidas, como: pan, galletas, bizcochos, galletas integrales, barquillos, conos, pan ázimo, macarrones, rosquitas fritas, galletas saladas, pasteles de fruta, rosquillas, bizcochos salados, bizcocho relleno, rollos, germen de trigo, cereales, avena, ají, algunos pasteles de carne, salsas de carne, salsa de crema, alimentos de harina, lasaña, tallarines, espaguetis, fideos, ravioles y relleno de pavo o pollo.
Entre los alimentos que no contienen gluten se pueden mencionar: arroz tostado, arroz para relleno, hojuelas de maíz, granos molidos, tallarines chinos y algunos productos de panadería libres de gluten preparados o vendidos en las tiendas de comida integral. Las harinas de tapioca, maíz, patatas, arroz y la fécula de maíz se pueden emplear para espesar salsa y para hornear.
Se debe tener mucho cuidado con los alimentos industrializados porque éstos usan aditivos a base de harina de trigo; por este motivo siempre hay que buscar en el envase el signo de alimento libre de gluten para asegurarse que este alimento no contenga dichos cereales. También es importante pedirle al médico nutricionista que asesore en la preparación de alimentos con elementos que reemplacen a los cereales.
Fuente : Familiadigital/Mariela C. Spina