Síndrome de fatiga crónica
El síntoma característico es el cansancio permanente que no cede con el reposo y que disminuye la capacidad laboral del enfermo en un 50%, durante más de seis meses.
Otros síntomas que acompañan a ésta fatiga es el aumento de la temperatura corporal, aunque nunca por encima de los 38 grados centígrados, el dolor en la garganta, el dolor y debilidad muscular, la hinchazón de los ganglios linfáticos (linfadenopatías), los dolores de cabeza, los dolores articulares, la pérdida de la memoria, la disminución en la capacidad de concentración, las dificultades para dormir y algo que es muy frecuente: un comienzo brusco de los síntomas.
El paciente le cuenta al médico que luego de realizar cualquier actividad física queda muy agotado y tiene sudores en las noches. Usualmente éstas personas son mayores de 50 años, perfeccionistas en su trabajo, obsesivos con sus deberes y con un perfil de inteligencia elevado.
El médico generalmente no encuentra problema en el examen físico y las pruebas de laboratorios son completamente normales.
Actualmente no se sabe qué puede causarlo, aunque es muy frecuente una historia de infección antes de aparecer los síntomas por lo que se sospecha que puede estar involucrado un virus, como el de la mononucleosis infecciosa. Otra hipótesis que se propone es una alteración de los mecanismos de defensa del cuerpo que induce la inflamación de las articulaciones, los músculos y los ganglios linfáticos.
El síndrome de fatiga crónica es autolimitado, es decir, desaparece espontáneamente y no se convierte en una enfermedad degenerativa.
El tratamiento está orientado al alivio de los síntomas, dado que no se conoce la causa que lo ha desncadenado; normalmente el médico sugiere al paciente que tome anti inflamatorios, antidepresivos y en algunos casos recomendará tomar vacaciones dado que el rendimiento laboral se verá afectado durante el tiempo que duran los síntomas.
Fuente : Internet