La tos y la gripa infantil
La tos y la gripa en los niños, suelen transformarse en un dolor de cabeza para los padres que pueden no saber qué hacer para calmarlos. Con los cambios de clima estas afecciones son muy comunes en los niños.
Generalmente comienzan con un resfrío que luego desciende por las vías respiratorias produciendo inflamación bronquial. La causa más habitual son los virus respiratorios, y su consecuencia la tos y la gripa.
Un especialista sostiene que la gripa es común en los niños pequeños que padecen dolencias como adenoides o amígdalas grandes, debido a la estrechez de la vía aérea alta.
Afortunadamente, el niño cuenta con excelentes mecanismos de defensa para eliminar a los agentes agresores. Para eso sirve el aumento en la producción del moco bronquial, que aislará a los virus y las bacterias para poder posteriormente eliminarlos. También lo es la aparición de la tos, que representa la mejor manera -y la más natural- de movilizar y expulsar las flemas. Estos mecanismos funcionan eficientemente en un niño normal y bien nutrido.
Si bien las consecuencias de una gripa que no ha sido tratada no suelen ser graves, la prolongación del cuadro puede producir infección bacteriana (aparición de fiebre, bronquitis, laringo-traqueo-bronquitis), cuadro en el cual las flemas se espesan. Esto hace que al pequeño le cueste más eliminarlas, prolongándose el proceso que impide al niño dormir y comer bien debido a las molestias, aumentando la preocupación familiar.
Lo más común es que en la mayoría de los casos de gripa bronquial tienda a ceder espontáneamente, no necesitando medicación alguna. Sin embargo, en muchos casos ante secreciones bronquiales muy abundantes, difíciles de eliminar, adherentes, pegajosas, está indicado un tratamiento para fluidificarlas.
Básicamente, los pediatras suelen recetar mucolíticos, nebulizaciones y fisioterapia respiratoria: los dos primeros para aflojar el moco y el último para movilizar las secreciones hacia la tráquea. En la práctica diaria, se utiliza una gran variedad de jarabes mucolíticos, muchos combinados a base de acetato de amonio o bromexina. Más recientemente se cuenta con remedios orales más eficaces e inocuos que licuan el moco bronquial.
En cualquier caso, los padres que vean este tipo de cuadro en sus hijos no deben dudar en consultar con su pediatra.
Fuente : Latinsalud