Vómitos en los niños
Los vómitos pueden definirse como la eliminación del contenido del estómago que se acompaña por la contracción de los músculos abdominales y del diafragma. Es un síntoma que alarma mucho a los padres de éstos niños y en los que frecuentemente el médico administra medicamentos sin que realmente sean necesarios.
Es muy importante poder establecer si realmente son vómitos o si se trata de regurgitaciones, en las cuales se observa también eliminación por la boca de alimentos o sustancias presentes en el esófago o estómago pero sin realizar ningún tipo de esfuerzo.
En recién nacidos
Durante las primeras 24 horas de vida es muy común que los recién nacidos eliminen por la boca una sustancia constituida por líquido amniótico, saliva y jugo gástrico denominada "flemas". Para evitar la aspiración de esta sustancia hacia los pulmones es suficiente con mantener al niño con los pies elevados durante varias horas para facilitar su eliminación.
Pueden darse varias situaciones: que sean ocasionales, una a dos veces por día, debido a una mala técnica alimentaria, como mover mucho al niño luego de alimentarse en un intento de eliminar los gases. Si los vómitos son constantes y abundantes y se acompañan de otros síntomas puede tratarse de un cuadro más serio por lo que se recomienda consultar inmediatamente al médico.
En el lactante
Es importante determinar la duración de los vómitos, si estos presentan una duración inferior a una semana, probablemente su causa este relacionada con una enfermedad aguda, como por ejemplo una infección; pero si su duración es más prolongada el niño es un vomitador habitual y sus vómitos pueden ser desencadenados por las siguientes patologías:
Reflujo gastroesofágico:
Es muy importante distinguir si es normal o patológico. Si no son muy reiterados, no dificultan el crecimiento del niño, tienen buen estado general ni dificultan la respiración, se trata casi con seguridad de regurgitaciones, afirman los médicos.
Estenosis hipertrófica del píloro:
el píloro es un esfínter ubicado a nivel de la unión del estómago con el duodeno, cuando sus fibras aumentan de tamaño se produce una disminución de su luz dificultando el pasaje de los alimentos a través del mismo. Aparece frecuentemente entre la segunda y la sexta semana de vida.
Rumiación:
Se da generalmente en niños que han sido abandonados por sus madres o reciben poca atención de ellas o de las personas que los tienen a su cuidado, entonces deciden entretenerse llevando los alimentos nuevamente a la boca. Por medio de contracciones de los músculos abdominales y movimientos de la lengua y mandíbula consiguen llevar los alimentos desde el estómago a la boca, una vez logrado, lo mastican y una parte es deglutida nuevamente, afirman los expertos.
En preescolar y escolar
En los niños mayores los vómitos pueden aparecer de forma brusca o insidiosa. Los vómitos de comienzo brusco pueden aparecer al comienzo de cuadros infecciosos, pudiendo confundírselos y tratárselos erróneamente como una "indigestión" si se asocian a fiebre. Las más comunes son las otitis, enteritis, gripas, infecciones urinarias, neumonías, etc.
También pueden asociarse a excesos de comidas sin masticar adecuandamente, generalmente se acompaña de dolor abdominal. Si se acompaña de dolor abdominal agudo y fiebre puede tratarse de una apendicitis aguda o una neumonía, afriman los médicos.
En una meningitis el vómito es en chorro y se acompaña de dolores de cabeza y otros síntomas específicos.
Si los vómitos comienzan gradualmente, pueden estar asociados cuadros de reflujo, gastritis o úlceras gástricas o duodenales. En los niños alérgicos la acumulación de las secreciones en la faringe o su deglución pueden ocasionarlo.
Fuente : Latinsalud