Fragilidad ósea
Los huesos están diseñados para soportar un uso, impactos y presiones muy grandes. El esqueleto, que está formado por 206 huesos, le da forma al cuerpo y le permite doblarse y torcerse, lo cual hace posible el movimiento. Cada hueso tiene una función específica. Por ejemplo, el hueso del muslo (fémur) sostiene el peso del cuerpo, por esta razón es el más largo y fuerte del cuerpo.
La mayoría de las fracturas de huesos se deben a accidentes como caídas, golpes, etc. Pero un adelgazamiento del hueso lo hace débil y poco resistente, donde se experimenta las denominadas fracturas espontáneas sin razón aparente.
Aunque los huesos parecen duros como rocas, están compuestos por una tercera parte de agua. También son metabólicamente activos: los minerales y otras sustancias se mueven constantemente en su estructura de panal. Los huesos crecen por el uso constante y la presión.
Existen diferentes procesos que pueden desencadenar la aparición de fragilidad ósea:
Cáncer: Diferentes tipos pueden causar fragilidad ósea, incluidos aquéllos que surgen en los huesos, los que se esparcen (metástasis) hasta ellos, o los que alteran el metabolismo hasta agotar los minerales que hay en los huesos.
Enfermedades óseas hereditarias: Existen enfermedades óseas genéticas y relativamente raras en las cuales el cuerpo es incapaz de generar tejido óseo. Éstas se denominan osteocondrodisplasias.
Infecciones: Una infección en el hueso puede causar su destrucción. A veces, la infección se extiende desde una herida cercana; en otros casos, surge en el mismo hueso.
Diálisis renal: Los pacientes con insuficiencia renal sometidos durante mucho tiempo a diálisis, a menudo experimentan una pérdida gradual del tejido óseo, lo cual da paso a debilidad y fragilidad en los huesos.
Osteomalacia: Se trata del raquitismo en adultos. Normalmente se debe a una carencia de vitamina D, que suele ser causada por una dieta pobre o una falta de exposición a la luz solar.
Osteoporosis: Esta enfermedad, más común entre las mujeres mayores, es una de las causas más frecuentes de fragilidad ósea. Se debe a la pérdida de densidad ósea.
Raquitismo: el raquitismo es una enfermedad infantil causada por una deficiencia de vitamina D. No es común en los países industrializados, pero está muy difundida en países en vías de desarrollo que tienen dietas carentes de vitamina D, o pobres en calcio.
Los síntomas más frecuentes durante el desarrollo de la fragilidad ósea son:
Debilidad Dolor osteo-muscular Fracturas espontáneas En el momento que presente algún problema osteo-muscular o se encuentre entre las personas con alto riesgo para padecer este tipo de enfermedad acuda inmediatamente al médico.
El tratamiento varía según la causa que origine la fragilidad ósea por lo que puede ser:
Antibióticos, Quirúrgico, Radioterapia, Dietético y Suplementos de vitamina D y Calcio.
Para prevenir las fracturas a consecuencia de una fragilidad ósea tenga presente que: El ejercicio es importante para mantener la fuerza muscular. Los aparatos de protectores proporcionan al hueso un soporte extra. Es importante una dieta que contenga vitamina D y Calcio. Se encuentran en: la leche, queso, yogurt, kumis y avena todo lo relacionado con lácteos. No fume Si está entrando en la menopausia, pregunte a su médico por los tratamientos hormonales sustitutivos.
Es importante recordar que desde temprana edad, se debe empezar a consumir calcio pero no en exceso siempre de una manera moderada...
Fuente : Tusalud