Síndrome Premenstrual

Antes del período menstrual, aparecen algunas molestias en el 90 por ciento de las mujeres. El fenómeno, conocido como síndrome premenstrual, no requiere tratamiento especial, pues se considera hasta cierto punto natural debido a las fluctuaciones hormonales.

¿Cómo se manifiesta el síndrome premenstrual?

Muchas mujeres en edad reproductiva experimentan cambios físicos y del comportamiento durante la segunda fase del ciclo menstrual, en la denominada fase luteal, es decir, unos días antes de la llegada del flujo menstrual, seguido por un periodo de alivio en la etapa posterior a la regla. La constelación de síntomas es muy amplia, pero no todas experimentan cada uno de ellos y en la mayoría son molestias leves o moderadas.
    
Por lo general, se presenta tensión y dolor en lo senos (mastalgia), sensación de llenura, distensión abdominal, malestar general, edema en las manos y los pies, diarrea o estreñimiento, dolor de cabeza, acné y aumento de peso, por la retención de fluidos. Si la mujer sufre de alergias, éstas pueden exacerbarse durante este tiempo.
 
Las alteraciones emocionales son de irritabilidad, ansiedad, tensión, inestabilidad emocional, tristeza, dificultad para concentrarse, letargo, aumento o disminución en el apetito y el sueño.

De todos modos, estas molestias no son suficientes para causar incapacidad. Si esto sucede y los síntomas son llevados a la máxima expresión, interfieren con las actividades cotidianas o generan conflictos familiares, es aconsejable hacer una estudio más detallado para descartar otras enfermedades.

¿ Cuál es la causa del síndrome?

En realidad, no se sabe con certeza. El ritmo con que ocurre, en relación con la menstruación y en especial con la segunda fase del ciclo, hace pensar que existe un vínculo muy estrecho con la notable fluctuación de las hormonas femeninas que regulan el ciclo menstrual. Esta hormonas alteran el ciclo circadiano e influyen en las concentraciones de serotonina, un neurotransmisor que se encuentra diminuido en otras alteraciones emocionales, como la depresión. Esto hace creer que las hormonas y los neurotransmisores guardan relación con el síndrome, pero aún no se ha establecido la forma en que afectan la química cerebral y la influencia de otros aspectos relacionados con el metabolismo, como la dieta, el sedentarismo y el estrés.

Lo que sí es cierto es que la mujeres entre 20 y 35 años, años quienes tienen antecedentes familiares de depresión que sufren de migraña o aquellas con afición al chocolate y al alcohol parece que tienen una mayor tendencia. Pero contrario a lo que se piensa, el uso de anticonceptivos orales no acentúa los síntomas y hasta puede mejorar el cuadro clínico en casos específicos.

¿ Cómo se diagnostica?

Siempre que se presenten molestias con el ciclo menstrual con el ciclo menstrual es preciso descartar enfermedades más serias, como la endometriosis, los quistes o tumores en los ovarios y hasta un trastorno de conducta bipolar (maníaco - depresión). En ocasiones es difícil diferenciar el síndrome premenstrual con algunos tipos de depresión, debido a que ambos trastornos tienen su origen en la sección de serotonina, la cual juega un papel importante en la regulación del humor y puede desencadenar señales físicas.
    
Por eso, la historia clínica es el elemento más importante para establecer la relación temporal de los síntomas con el ciclo menstrual, mientras que el examen físico es fundamental para descartar anormalidades fisiológicas.

El Síndrome Premenstrual no es de gravedad, pero el trastorno disfórico premenstrual es una condición especial que hace alusión a los casos severos, marcados notoriamente por los síntomas emocionales, se caracteriza por angustia intensa, tristeza, aislamiento social, fatiga y dolor de cabeza.

Estos casos no representan el Síndrome Premenstrual típico en relación con la aparición de las molestias en la segunda mitad del ciclo y su desaparición al llegar al periodo, por lo que requiere un manejo especial y tratamiento farmacológico.

¿ Existe algún tratamiento ?

Como no hay una causa específica, tampoco existe una manera universal de controlar el problema. La primera recomendación es mantener un adecuado índice de masa corporal y evitar el sobrepeso. Se debe adoptar una dieta sana, hacer ejercicio y evitar las situaciones estresantes.

También es aconsejable limitar el consumo de alcohol y café, así como los azúcares. Es mejor inclinarse por las proteínas, los carbohidratos complejos y las fuentes de fibra. Para no agravar la retención de fluidos es conveniente restringir el uso de sal.
    
En cuanto al dulce, muchas mujeres aseguran una leve mejoría en los síntomas después de satisfacer el deseo de consumir chocolate. Sin embargo, no hay ningún respaldo científico que confirme que el chocolate pueda resultar efectivo en el tratamiento. Lo que ocurre es que este alimento contiene algunas sustancias que pueden aumentar la producción de serotonina y reducir las molestias o los antojos. Algunas veces se recomiendan diuréticos, pero debe ser el especialista el que sugiera la dosis y la frecuencia.
 
Los analgésicos del tipo del acetaminofén o ibuprofen son útiles cuando se presenta cefalea, cólico abdominal intenso o dolor en los senos.

Ya si las molestias menstruales resultan incapacitantes, el médico debe iniciar un control con medicamentos especiales, que regulen las modificaciones cíclicas que conducen a la enfermedad o que influyen sobre el estado de ánimo.

De todos modos, cuando la depresión persiste de mes a mes, es necesaria la valoración de un psiquiatra para encaminar el tratamiento a seguir.

Fuente : Revista Bienestar