Ninfomanía
El término "ninfomanía" deriva de las palabras griegas nymp líe (muchacha, esposa) y monia (locura, manía) y se utiliza en el lenguaje científico para definir una condición patológica caracterizada por una exaltación excesiva del deseo sexual en la mujer. La ninfómana, animada por tan anómalo deseo, multiplica sus experiencias sexuales, llegando en casos extremos a pagar a las parejas sexuales o a prostituirse para satisfacer sus necesidades.
No obstante, cada experiencia se revela como un fracaso, porque esta mujer no halla satisfacción en el coito o en el orgasmo, de modo que su búsqueda de parejas sexuales se torna aún más frenética.
¿Qué mujeres la padecen?
En general, se ha observado ninfomanía en mujeres con manifiesta debilidad mental o desequilibrios de carácter, pero también en mujeres con personalidad neurótica, en las que el trastorno puede ser fuente de obsesiones torturadoras, de angustia y de neurosis que se manifiestan con síntomas físicos a veces muy diferentes a los de la enfermedad de origen.
Existen formas de ninfomanía, que revisten una mayor o menor gravedad, y la enfermedad puede manifestarse incluso a través de un comportamiento "atípico": la búsqueda angustiosa de nuevos compañeros sexuales se ve reemplazada por una forma de masturbación paroxística, acompañada de vívidas fantasías eróticas.
Es imprescindible subrayar que las "auténticas" ninfómanas son muy pocas y que en el lenguaje coloquial dicho término se utiliza de forma inadecuada para definir a mujeres que en realidad tienen simplemente una fuerte carga erótica y un comportamiento sexualmente abierto, que sin embargo es a menudo objeto de una "firme condena moral" porque va en contra de las reglas y las convenciones sociales.
En su acepción corriente, por tanto, el concepto de ninfomanía no se refiere a un estado de excitación erótica femenina patológica, sino más bien a un concepto masculino de supuesta necesidad sexual excesiva por parte de la mujer.
Aparte de todo, la mujer siempre disponible a la relación sexual y capaz de alcanzar el orgasmo nada más con ser penetrada (en la práctica la protagonista de numerosas películas u obras literarias más o menos pornográficas) es sólo una fascinante fantasía creada por el hombre. En efecto, el comportamiento de la "verdadera" ninfómana no está motivado por la búsqueda de placer, sino por un instinto incoercible.
Comportamiento
Del mismo modo que una cocainómana no puede dejar de "pincharse" y que una bulímíca, empujada por el deseo morboso de comer, sigue hartándose de comer sin sentirse nunca saciada, así la ninfómana se ve arrastrada por un impulso irreprimible que la empuja a abandonar su cuerpo al primero que encuentra, incapaz de realizar la más mínima elección, incluso frente a parejas sexuales carentes de cualquier atractivo.
Varón o mujer, joven o viejo, fascinante o repelente, cualquiera resulta aceptable, dada la imposibilidad de controlar o distinguir el deseo sexual.
La situación se ve luego agravada por el hecho de que la ninfómana en general es perfectamente consciente del desprecio social que dicho comportamiento suscita y desearía ponerle fin.
Al comprobar la imposibilidad de resistir a los impulsos que siente, pierde la autoestima y se lanza a nuevas aventuras para aturdirse y olvidar de esta forma su amargura interior.
Se desencadena así un círculo vicioso que difícilmente podrá ser interrumpido, aunque la mujer íntimamente lo desee.
Recomendaciones
Si usted o alguna amiga o familiar padecen de esta patología, lo ideal es pedir ayuda con un psicólogo de confianza.