La falta de estrógenos y sus efectos psicológicos
Palabras como vieja, histérica, enferma y otras son la que emplea alto porcentaje de la población al referirse a quien vive la etapa del climaterio, que inicia con la menopausia. La causa, el carácter irritable y ansioso ocasionado por la baja producción de estrógenos.
Es preocupante la poca atención que se da a los aspectos psicológicos y sociales que acompañan a la mujer en esta etapa de su vida. “Durante el climaterio la mujer sufre una serie de pérdidas que modificarán toda su integridad. Una de las principales es la capacidad de concebir, lo que afecta su plenitud como mujer y su vida de pareja. Asi mismo, ve poco a poco desplazada la autoridad que ejerció en otro tiempo en sus hijos, quienes ahora son adolescentes y consideran que deben depender menos de su madre”. Afirman,los especalistas en el tema.
Así, la mujer climatérica vive una crisis al interior de su familia, a lo que se suma un problema indirecto, la condición de salud de sus propios padres, quienes por lo regular son ya personas de edad avanzada. Es así que, por los trastornos fisiológicos y su entorno, la mujer climatérica es catalogada como enferma física y emocional, lo que afecta aun más su condición. “Para médicos, psicólogos y la propia mujer el reto es fortalecer su autoestima y revalorar sus capacidades. Es importante entonces aprender el cuidado de la salud física, emocional e intelectual, pues de ello dependerá tener una vejez digna y feliz”, aseguran los especialistas.
A partir de los 48 años de edad la mujer empieza a experimentar cambios generados en su aparato reproductor, ya que de manera natural los ovarios producen en menor cantidad estrógenos, hormonas femeninas. Esto resulta peculiarmente importante, ya que además de ser fundamentales en el desarrollo de los caracteres sexuales, los estrógenos se encargan de fortalecer los huesos y preservar la salud de las arterias.
La baja producción de estas hormonas propicia que las menstruaciones sean irregulares, que la sudoración se vuelva excesiva, que se presenten oleadas de calor repentinas, fatiga, depresión frecuente, además de que el carácter se torna irritable y ansioso.
Sin embargo, no todo es malo si se sabe enfocar la situación: desaparecerá la molesta menstruación y los cólicos que la acompañan, podrá gozar de una sexualidad plena sin la preocupación de un embarazo no deseado y, por otro lado, puede recurrir a la terapia de reemplazo hormonal para combatir algunos de los síntomas fisiológicos ya mencionados.
En el terreno emocional, podrá revitalizar la relación con su pareja, disfrutar su libertad, viajar y realizar sus actividades favoritas.
Consulte a su especialista.
Fuente : Mujerfutura