El ciclo mestrual
El ciclo menstrual trae consigo una serie de molestias físicas y cambios anímicos que en algún grado afectan a casi todas las mujeres en edad fértil.
Se estima que más del 40 por ciento sufre estas alteraciones en forma severa, al punto que llega a afectar su vida laboral, familiar y de pareja.
Ansiedad, depresión, irritabilidad, dolores musculares e hinchazón son algunos de los síntomas que pueden aparecer unos 7 ó incluso 15 días antes del periodo, acentuándose en la medida en que la fecha se acerca, y que en su estado más crítico se les conoce como síndrome premenstrual.
Las alteraciones están asociadas a la baja del nivel de estrógeno en el organismo, una hormona que también interfiere en ciertas funciones cerebrales.
Ante su caída afloran una serie de cambios anímicos, tal como lo indican algunos psiquiatras, manifestaciones propias de una depresión: llanto, tendencia al aislamiento, falta de concentración, cansancio, trastornos del sueño, mal humor, nerviosismo, entre otros.
La mayoría de los casos se concentra en la adolescencia y después de los 35 años, etapas en que se producen grandes cambios hormonales.
Sin embargo, los criterios médicos para dictaminar un síndrome premenstrual son muy estrictos, como lo reconoce el especialista.
Por eso, sólo cerca de un 10 por ciento de las mujeres tiene diagnosticada la afección, y rara vez se otorgan licencias médicas, aunque la afectada se sienta incapaz de continuar con sus actividades en forma normal.
De hecho, hace sólo dos décadas el cuadro adquirió la categoría de trastorno mental, lo que motivó a que se realizara una serie de investigaciones que validaron el uso de antidepresivos en su tratamiento, con los que se ha obtenido positivos resultados.
La solución
Su tratamiento es más bien preventivo y en él se combinan una serie de factores para aliviar tanto los problemas físicos como mentales.
Generalmente un ginecólogo se encarga de las molestias corporales mediante la receta de hormonas, diuréticos, analgésicos y antinflamatorios, según lo requiera el caso.
Con ello se alivia la retención de líquidos, jaquecas y los dolores que se concentran especialmente en la espalda, en la zona pélvica y abdominal.
Algunas mujeres también sufren de taquicardia, mareos, aumento excesivo del apetito o, por el contrario, náuseas y repulsión a los alimentos.
“Este tipo de trastorno suele mejorar bastante si se da un anticonceptivo oral que regule el ciclo y mantenga los niveles hormonales relativamente parejos”, afirman los expertos.
Por otra parte, las alteraciones del ánimo se tratan con antidepresivos de uso continuado o bien especiales para el periodo en que se presenta la depresión asociada al ciclo.
Autoayuda
Ciertas investigaciones sostienen que además del desbarajuste hormonal, el estilo de vida es un factor que también influye de manera significativa en la forma en que se presentan las molestias premenstruales.
El estrés, la falta de actividad física, la mala alimentación y la carencia de interacción social son agravantes.
Por eso se recomienda el ejercicio, que ayuda a descargar tensiones, favorece la circulación sanguínea, mantiene el tono muscular y eleva la autoestima.
De hecho, está comprobado que el ejercicio hace que el organismo libere una sustancia llamada endorfina, que produce sensación de bienestar.
En la dieta se sugiere disminuir la sal para evitar los edemas. También conviene evitar el café, el alcohol, el cigarrillo y las gaseosas.
Consulte a su médico.
Fuente : www.familia.cl