La alimentación del deportista
Cuando usted realiza cualquier actividad física, sobre todo de forma habitual y con cierta intensidad, las raciones de los alimentos que ingiera deberán ser algo mayores. Además, usted debe procurar no saltarse comidas y repartirlas en cinco veces a lo largo del día; incluye un pequeño refrigerio a media mañana y una ligera merienda, no olvide que al hacer deporte quema muchas calorías y puede permitírtelo.
Hidratos, proteínas y grasas
Si usted es deportista y come de forma variada, no haga dieta si no lo necesita o rechace de plano el azúcar. Tenga en cuenta que la glucosa es el principal "carburante" de los músculos. No se trata de echarle más cucharadas de azúcar al café; la pasta, el arroz o las patatas le aportarán la que necesita y, además, son alimentos de digestión lenta, lo que significa que le saciarán y le harán tener menos hambre entre horas. Los hidratos de carbono deben representar aproximadamente un 50-55 % del aporte calórico.
Si usted no le da a su organismo los glúcidos o hidratos de carbono que necesita lo más probable es que cuando realice un esfuerzo físico o mental sienta mareos, dolor de cabeza, pérdida de visión, palidez, sudores, sensación dolorosa de hambre... entre otros.
Las proteínas, tomadas de forma moderada y sin grasas, son muy importantes para los deportistas, ya que durante la realización de un esfuerzo físico se consumen muchas, incluso musculares. Una persona deportista puede aumentar hasta un 15% la cantidad de proteínas (pescado, carne, huevos, leche...) respecto al aporte calórico total diario (lo normal es alrededor de un 12%)
Sin embargo, los deportistas, sobre todo los culturistas, tienen mucha tendencia a abusar de las proteínas. Gran error: el cuerpo sólo asimila las que necesita y las restantes deben ser eliminadas por el hígado.
Respecto a los lípidos o grasas, también necesarios para el organismo, sí hay que restringir su consumo, sobre todo si se trata de grasas saturadas. El aceite de oliva, la mantequilla o el queso pueden ser suficientes para asegurarle las que el cuerpo necesita.
Agua en cantidades
De lo que su organismo no puede prescindir es del agua. Le hace falta a cualquier hora para mantener el buen funcionamiento de todos sus órganos, sobre todo antes, durante y después de hacer ejercicio. El sudor que provoca el esfuerzo físico hace perder sodio y potasio, muy importantes para el organismo.
Si no bebe lo suficiente, unos dos litros diarios de líquidos, usted corre el riesgo de deshidratarse, además de que sus músculos no responderán como usted quiere al entrenamiento y tendrá más riesgo de lesionarse o sufrir calambres. Tenga especial cuidado cuando realice cualquier actividad física en verano o en ambientes calurosos.
Todo sirve: agua, zumos, batidos, infusiones, bebidas isotónicas. En verano, el gazpacho es una excelente fuente de agua, vitaminas y minerales y resulta ideal para todo el mundo.
Antes, durante, después y entre horas
Dos o tres horas antes de hacer deporte es muy recomendable tomar glúcidos de índice glicémico medio (arroz, patatas, legumbres secas). Los azúcares rápidos, de índice glicémico alto, como las bebidas azucaradas o los dulces, deben evitarse en la hora anterior a la actividad, ya que provocan una subida de la insulina a la que el cuerpo puede responder con una situación de hipoglucemia.
Durante la práctica deportiva, si es larga e intensa (montañismo, esquí, ciclismo...) usted puede obtener un aporte energético rápido tomando frutos secos o barras energéticas. En este tipo de sesiones es muy importante que beba frecuentemente sin esperar a tener sed, ya que llegar a la deshidratación es muy fácil.
Después de hacer ejercicio usted puede tomar alguna bebida azucarada. Debe procurar que las comidas posteriores sean ricas en magnesio (frutos secos, chocolate negro) y hierro, que suele ser deficitario en las mujeres deportistas. Un truco: el perejil ayuda a absorberlo.
Grandes errores
Algunas de las equivocaciones frecuentes en la dieta de quienes hacen deporte son:
- Tomar demasiadas grasas.
- Comer demasiadas proteínas, sobre todo huevos y carne.
- Ingerir muchos azúcares puros (chocolate, bebidas azucaradas).
- Tomar poco agua.
- Hacer comidas pesadas o sin dar tiempo a hacer la digestión antes del entrenamiento.
Fuente : Saludmanía.com
usicoterapia
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La música forma parte de nuestra vida diaria y recurrimos a ella tanto para exaltar nuestras emociones como para calmarlas. Pero la música tiene mucho más poder del que imaginamos, puede calmarnos y serenar nuestro ánimo sin tener que recurrir a medicamentos u otro tipo de tratamientos. |
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La musicoterapia es la utilización terapéutica de la música. Los expertos la utilizan tanto para curar como para prevenir. Esta técnica se emplea para tratar a niños, adultos o mayores con problemas de salud, educativos, sociales o psicológicos. También es muy beneficioso para mejorar el bienestar personal, desarrollar la creatividad, mejorar el aprendizaje, las relaciones interpersonales o controlar el estrés.
El terapeuta (musicoterapeuta) ayuda al paciente a acrecentar, mantener o restaurar un estado de bienestar, utilizando de manera sistemática y científica la música, las experiencias musicales y las relaciones que se desarrollan a través de ellas como fuerzas dinámicas de cambio.
La musicoterapia se aplica en hospitales, centros de salud, guarderías... y se ha mostrado eficaz en el tratamiento de enfermos de Parkinson, Alzheimer y esclerosis múltiple. |
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No es sólo nuestro sistema auditivo el que nos transmite emociones sonoras, nuestro cuerpo entero es un gran receptor acústico. Según nuestras raíces culturales y nuestra historia personal hay canciones que tienen la capacidad de emocionarnos, hacernos recordar o relajarnos.
Una vez que usted sepa qué música le desestresa y le hace sentir bien, el tratamiento es muy fácil: escúchela unos tres minutos diarios para relajarse, y siempre que haga cualquier cosa placentera: tomar una ducha, un baño, hacer la siesta. O durante los tiempos muertos que usted pasa en el autobus, en el trabajo, en el automóvil... Antes de dormir también puede ayudarle a conciliar el sueño. |
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La musicoterapia defiende que la música influye en el individuo a todos los niveles: biológico, fisiológico, psicológico, intelectual, social y espiritual.
Todo depende del interés que la pieza produce en la persona.
Sonidos de la naturaleza, el aire, el mar, el canto de los pájaros, los sonidos de la naturaleza son los más relajantes.
En cualquier almacén de discos usted puede encontrar discos compactos de música hechos con sonidos de este tipo. La música clásica también funciona muy bien.
Los efectos de este tipo de terapia no son suficientes para curar una enfermedad, pero sí es una forma natural, agradable y barata para hacernos sentir bien.
Fuente : Saludmanía.com