Niños en forma
Acostumbrar a sus hijos a hacer deporte es uno de los mejores regalos que puede hacerles: les ayuda a desarrollarse física y mentalmente, a estar sanos, a relacionarse mejor y a evitar problemas en la adolescencia. La clave: que se diviertan haciendo ejercicio.
Igual que los adultos, cada niño debe encontrar su deporte ideal. Muchos pequeños tienen verdadero pánico a la clase de gimnasia porque se sienten torpes o gorditos. En estos casos hay que buscar una actividad física en la que se desenvuelvan bien para que su autoestima aumente y vayan perdiéndole miedo al deporte. Hacer deporte con papá y mamá les ayudará a asimilar ese hábito como algo normal y necesario.
Si inicias a su hijo desde pequeño en la práctica deportiva le estará haciendo un gran regalo a su salud. Si su niño es débil, miedoso o tímido, hacer deporte le ayudará tener confianza en sí mismo, a relacionarse con los demás e incluso a superar o controlar mejor enfermedades como el asma. Una actividad física adaptada puede ayudar a un niño con problemas a relacionarse mejor con su entorno y a disfrutar de su cuerpo.
Todo depende de la personalidad, los gustos de su hijo y lo que le conviene. Según los especialistas en el tema, la elección del deporte debe hacerse a medias entre el niño y los padres. “A un niño tímido le vendrá bien un deporte de equipo, a uno perezoso, un deporte individual que le obligue a esforzarse”.
Cada vez se escogen menos los deportes por sexos, aunque la mayoría de las niñas se decantan por la gimnasia rítmica y los niños por el fútbol. “Lo importante es que los padres intenten inculcarles el hábito del deporte, no convertirles en estrellas del fútbol o la gimnasia ni volcar en ellos sus propias frustraciones”. “Tampoco es bueno ni útil castigar a los niños con no hacer deporte cuando suspenden. El que un niño no estudie no depende de que juegue al fútbol dos veces en semana, hay que buscar las cusas por otro lado”, afirman los expertos.
También hay que tener en cuenta las características físicas y psicológicas de su hijo. Si tiene algún problema de salud o usted duda sobre cuál es la actividad que más le conviene, consulte antes a su pediatra y luego a los monitores deportivos.
¿Cuándo empezar?
No existe una edad establecida. Hay bebés que nadan o niños que a los dos años montan a caballo, aunque se trata más de desarrollo de la motricidad y la coordinación que de verdadero deporte.
Antes de los cinco años los niños no están del todo formados físicamente, por lo que a estas edades lo importante es que, más que practicarlo, se familiaricen con un deporte, un medio (agua, campo, mar), que aprendan a dominar su cuerpo y a relacionarse con otros niños. Las clases de psicomotricidpequeños vayan desarrollando estas capacidades, sobre todo si se trata de niños miedosos o con problemas de motricidad. Según los expertos “las clases de psicomotricidad son recomendables entre los 2 y los 4 años, edad en al que pueden iniciar el predeporte”.
A partir de los 6 ó 7 años el niño ya está preparado físicamente para hacer deporte, edad que también señalan como la adecuada para escoger una actividad específica. “Lo recomendable es que practiquen varios deportes, en el colegio, extraescolarmente, con sus padres”. Entre los 7 y los 13 su capacidad de aprendizaje y entrenamiento es increíble y progresan a pasos agigantados. Su capacidad aeróbica ya es como la de un adulto. Durante este período también sienten un gran interés por el resultado de sus esfuerzos, descubren que el deporte les hace fuertes, les revaloriza frente a los demás y les ayuda a canalizar muchas emociones.
A partir de los 11 ó 12 años su hijo comienza a tener una idea más clara de lo que significa el deporte y puede fijarse metas a largo plazo. La adolescencia supone la madurez respecto a la actividad física pero es también la época en la más deserciones se producen (estudios, amigos, diversión...). Pero si no abandonan, ésta es la etapa de mayor rendimiento en muchas categorías deportivas, sobre todo en la competición.
Dónde y con qué frecuencia
El parque, la calle o el campo son lugares donde su hijo puede jugar y hacer ejercicio. En el colegio, un gimnasio o un polideportivo puede comenzar a practicar alguna actividad de forma guiada y sistemática. Lo más fácil suele ser el colegio, donde siempre hay numerosas actividades deportivas extraescolares.
Los más pequeños no deben hacer más de tres o cuatro horas extraescolares de ejercicio a la semana, tal como señalan los expertos. Si su hijo dedica mucho tiempo al deporte, procure que sea realizando una actividad controlada y dirigida por una persona cualificada y en un lugar apropiado.
Ahora los niños tienen mucho más donde elegir en los que a actividades deportivas se refiere. Aquí tiene tres opciones muy recomendables:
El agua
El agua es un medio sumamente placentero para los más pequeños, les ofrece sensaciones tan gratificantes como las que sentían en el vientre de la madre. Muchos gimnasios, centros deportivos o de salud cuentan con piscinas aptas para los bebés. A partir de los cinco meses, los bebés pueden obtener grandes beneficios psicomotrices de esta actividad. Es un medio ideal para niños con problemas de respiración y de hiperactividad. También está aconsejado para bebés con algún tipo de minusvalía. La participación de los padres es fundamental para que el niño pueda sentirse a gusto en el agua.
Yoga para niños
Es una disciplina apta para los pequeños, muy recomendable para aquellos que son muy nerviosos o hiperactivos ya que ayuda a relajar y controlar mejor el organismo. De hecho, algunos ejercicios están especialmente indicados para niños. Practicar el yoga como si fuera un juego puede ayudarles a relajarse y a ampliar su capacidad de concentración.
Aeróbic infantil
Clases colectivas en las que se combinan juegos, ejercicios de psicomotricidad y trabajo aeróbico de bajo impacto al ritmo de la música. Se enseñan los pasos básicos del aeróbic de una forma divertida y adaptada a las posibilidades de los pequeños.
Fuente : Saludmania