Cómo tomar sol
A pesar de las advertencias médicas, la mayoría de la gente no toma las precauciones necesarias para tomar el sol o no es consciente de los peligros que entraña. Así, la exposición incontrolada y excesiva al sol es considerada por los especialistas como uno de los malos hábitos que tiene la población en general.
Más de las tres cuartas partes de la población se protege de forma insuficiente frente al sol. El 87% debería aplicarse un factor de protección mínimo de 35, algo que sólo hace un 10%.
Respecto a esta protección, las mujeres parecen estar más sensibilizadas de su necesidad, si bien muchas afirman no utilizar crema en días nublados, en los que la radiación UVA atraviesa las nubes y puede producir de igual modo quemaduras y eritemas. Otro error en el que incurre mucha gente es dejar de usar protector al final de las vacaciones o del verano.
Cambio estético
Antes eran muy apreciadas las pieles blancas, hasta que alguien dijo que lo elegante era estar bonceado. Pero este cambio estético no se acompañó de un cambio de actitudes frente a la protección, la cual, como coinciden los expertos, no está reñida con la estética, ya que puede tenerse una piel bronceada y a la vez sana.
La radiación UVA del sol tiene diversos efectos dañinos, entre los que se encuentran el envejecimiento acelerado de la piel, la aparición de manchas, intolerancias y lesiones conocidas como precancerosas.
Entre los cánceres de piel, el 80% está relacionado con el sol. Quien tuvo quemaduras en la infancia tiene mayores probabilidades de tener melanoma en el futuro, y éste es el más mortal de los cánceres de piel debido a su elevada morbilidad y su fuerte resistencia a los tratamientos.
Crema en abundancia
Todos los expertos coinciden en resaltar la importancia de protegerse del sol con cremas especialmente diseñadas para ello, lo que no significa que quedemos inmunes al 100% ante los efectos de las radiaciones.
Respecto a la aplicación, es fundamental hacerlo correctamente: hay que darse la crema media hora antes de exponerse al sol y con la piel seca. Además, debe extenderse una capa generosa y llegar a todas las zonas del cuerpo, incluidas aquellas como empeine o calvas, que normalmente solemos dejar olvidadas y son las que primero se queman.
Fuente : Saludmanía.com