La ingesta de grasas
Es preferible hablar de dieta equilibrada y no de dieta ideal porque ésta no existe. La alimentación se debe adaptar a cada persona según sus características fisiológicas y condiciones de salud.
Una dieta equilibrada debe contener todos los grupos de alimentos y las cantidades suficientes de nutrientes para que el organismo pueda realizar todas sus funciones (reguladoras, plásticas y energéticas). El consumo de ellos no debe ser excesivo, pues esto conduce a desequilibrios, como puede ser niveles altos de colesterol o hipertensión.
Existe la idea de que la ingesta de grasas es un pecado capital para todos los que se embarcan en una dieta. Si bien es cierto que hay que mantener una ingesta diaria de grasas moderada, existen ciertos tipos de grasas que son extremadamente beneficiosos para el cuerpo.
Por ejemplo, los ácidos grasos como el Omega-3 y Omega-6 ayudan en la recuperación muscular, promueven la formación de la estamina, refuerzan las articulaciones, y ayudan a nuestro cuerpo a mantenerse en buen estado. Los encuentras en los aceites de pescado. En el día a día, siempre recuerde: las grasas que ingiera no deben ser saturadas.
¿Por qué unos engordan más que otros, habiendo consumido lo mismo?
El metabolismo basal es la cantidad mínima de energía que el cuerpo necesita, en reposo y en ayuno, para mantener en funcionamiento los procesos vitales tales como la respiración, la actividad celular, la circulación sanguínea, la actividad glandular y el mantenimiento de la temperatura corporal.
El metabolismo basal varía con la edad, el sexo, el área de superficie corporal, la composición del cuerpo, el estado de nutrición, el funcionamiento de las glándulas endocrinas, el clima, la presencia de enfermedades y el estado fisiológico de la persona.
Existe una disminución del metabolismo a medida que la edad va avanzando, o en presencia de enfermedades y del hambre, en la hiperactividad de las glándulas y en la desnutrición. Las mujeres poseen un metabolismo más bajo que los hombres, de la misma forma que cuanto menor su superficie corporal, menor será también el gasto de energía. Las personas que poseen mayores cantidades de grasa en su cuerpo, también poseen un gasto energético menor. El metabolismo acostumbra acelerarse durante los procesos de crecimiento y durante la gestación, en la hiperactividad glandular, en climas fríos para mantener la temperatura del cuerpo, y en presencia de algunas enfermedades.
Para conocer las necesidades energéticas totales de cada organismo, se debe tener en cuenta, además del metabolismo basal, el gasto de energía con las actividades normales del individuo, tales como el trabajo y la actividad física, y el consumo de energía con las actividades bien simples, como el acto de comer, bañarse, levantarse, caminar, etc. Cuando nos referimos al metabolismo de nutrientes, normalmente estamos hablando de la digestión y del aprovechamiento de esos nutrientes.
Consulte a un nutricionista.
Fuente : www.familiadigital.com