¿Su hijo come poco?
Existe una gran diferencia entre lo que los niños comen, lo que necesitan y lo que los padres quisieran que coman. Las mamás suelen preocuparse en exceso por las posibles carencias cuando comen poco, por temor a que les cause problemas en el crecimiento o se enfermen.
En la práctica, al menos la mitad de las madres piensan que sus pequeños no comen lo suficiente pero parecen sanos y tienen una actividad normal.
Gustos particulares
El gusto de un niño es relativamente simple, suele darle poca importancia a la alimentación variada. Curiosamente, la monotonía en la dieta no les molesta, podrían comer sólo las cuatro cosas que les gustan. Además, el gusto de los niños es muy particular.
Hacer que lleven una alimentación diaria equilibrada a veces no es tan fácil, sobre todo con niños entre 1 y 5 años. Hay que tomarlo con calma y no ponerse a pensar en cantidades o calorías. Las necesidades alimentarias se resumen finalmente a seis elementos: proteínas, glúcidos, lípidos, vitaminas, minerales y agua. Es suficiente que el niño tome un poco de cada uno en sus comidas para estar sano.
Muchos padres se quejan de que sus hijos no comen la suficiente carne. Pero si observan las costumbres alimentarias de los niños se ve que comen: pollo, pescado, jamón, leche, queso, salchichas, huevo... lo que les aporta con creces la cantidad de proteínas que necesitan, y eso sin contar las proteínas que ingieren de origen vegetal. Si a tu hijo no le gusta la leche no se preocupe, puede suplirla con yogures, queso, mantequilla, incluso helados y batidos.
Frutas y verduras
A los niños les suele agobiar la cantidad de verduras que sus padres quieren que coman: brocoli, zanahorias, coliflor, guisantes... Mientras que ellos adoran las papas fritas, que también son vegetales. Es difícil que un niño que come pocas verduras caiga enfermo: los cereales aportan fibra y las frutas, vitaminas. Verduras y frutas tienen un valor nutricional parecido y a la mayoría de los niños les gustan más las frutas: plátano, manzana, piña... afirman los especialistas.
Las carencias de vitaminas y oligoelementos no suelen darse en niños aunque no coman demasiado, y sí son características en los niños que sufren anorexia.
Cinco comidas al día
Es aconsejable que el niño haga cinco comidas diarias: tres principales y dos sencillas, media mañana y por la tarde. Un niño suele tener hambre entre tres y diez veces diarias, pero se niegan rotundamente a comer cuando no tienen ganas. Es bueno para ellos irles acostumbrando a hacer estas comidas y a horas regulares.
Pero si es importante acostumbrarles a unos horarios de comidas, no deben obligarlos a que coman mucho en cada comida o lo hagan si no tienen hambre. Por otro lado, también debemos evitar que se pasen el día picando, sobre todo golosinas.
No hay que obligarlos a tomar una cantidad determinada. Su peso no es el único signo de salud. Si está contento, juega y tiene energía, es que está sano aunque sea delgado. También debe tener en cuenta que el apetito de los niños es muy variable, puede cambiar en un mismo día.
Obsesionarse por lo que come su hijo no le hará ningún bien a los dos. Obligarlo a comer o estar hablándole constantemente de lo que debería comer puede hacerle tener una visión distorsionada de la alimentación y acabar causándole trastornos de alimentación. Si cree que su hijo puede tener un problema de alimentación es aconsejable llevarlo al médico.
Fuente : Saludmania