¡Qué sed!
Durante el ejercicio físico se produce un aumento de las pérdidas y la sudoración cada vez es mayor porque debe compensar el incremento de la temperatura corporal, pues el aporte de agua tiene que ser mayor. Si el deporte se practica en un ambiente caluroso y húmedo la evaporación del sudor disminuye y se pierde sin que sea útil para disminuir la temperatura corporal, por lo que las necesidades hídricas serían todavía mayores.
Cuando es de poca intensidad y corta duración, es decir, inferior a una hora, en principio no sería necesario un suplemento hídrico, ya que nuestro propio organismo al metabolizar los alimentos produce agua, que en actividades de baja intensidad sería suficiente para compensar las pérdidas. Sin embargo en ejercicios de mayor intensidad y por encima de una hora, es necesario hidratarse constantemente. En estos casos se recomienda ingerir 500 ml de agua en la hora previa a la realización del ejercicio, pudiéndose añadir 40-60 gr. de hidratos de carbono y 0,5 gr. de cloruro sódico.
Durante el esfuerzo se recomienda mantener una hidratación de 200 ml cada media hora. Después del esfuerzo se aconseja ingerir agua a voluntad, con un mínimo de 500 ml de agua en la hora posterior al ejercicio añadiendo 50-60 gramos de hidratos de carbono, para empezar a suplementar el gasto producido durante el mismo.
Existen principalmente algunos factores que se deben tener en cuenta cuando buscan conseguir el aprovechamiento óptimo de cualquier bebida mientras se practica un deporte. En un deportista la velocidad de vaciado gástrico de cualquier bebida, es decir, el tiempo que tarda en pasar el contenido del estómago hacia el intestino, puede condicionar su rendimiento.
Una velocidad de vaciado gástrico elevada, provoca mayor peristaltismo o movimiento intestinal y en consecuencia, riesgo de diarrea. Por el contrario, si el vaciado gástrico es lento, no se obtienen tan rápidamente los beneficios esperados con la ingesta del líquido. En un deportista, la velocidad de vaciado gástrico depende de la temperatura del líquido ingerido y el consumo de oxígeno.
La temperatura del líquido ingerido, fundamentalmente en los deportes de equipo, donde hay una persona encargada de estos menesteres, que procurará refrigerar este tipo de bebidas para que al ser administradas estén entre los 9 y 15 grados centígrados, considerados como temperatura óptima.
El consumo de oxígeno es importante, ya que para valores cercanos al 70% del mismo y superiores, comienza a decrecer muy rápidamente la velocidad de vaciado gástrico. Este es un factor sobre el que no se puede incidir, ya que el deportista es un sujeto en acción dinámica continua en algunas ocasiones, discontinua en otras, y va a necesitar la bebida en cualquier momento de su actividad deportiva.
Por todas estas consideraciones, las bebidas que cumplen con los requisitos mencionados satisfacen en todos los momentos de la práctica deportiva, tanto antes, durante y después, del esfuerzo.
Cuando se toma la decisión de practicar algún deporte, es preciso consultar a un especialista porque es indispensable seguir las recomendaciones de acuerdo con el estado de salud en el que cada uno se encuentre.
Así mismo es supremamente importante una correcta hidratación que complemente dicha actividad, para que la actividad física contribuya a la salud y no produzca efectos contrarios en el organismo.