La miel
La miel tiene bien ganada su fama de “milagrosa” y es que algo tan natural, tiene que ser bueno. No sólo es uno de los edulcorantes naturales más ricos que existen, sino que, muchos remedios caseros para aliviar diversos malestares son hechos a base de ella.
Recientemente, el laboratorio de Nutrición Deportiva de la Universidad de Memphis, la catalogó, como la mejor alternativa energética antes de realizar ejercicios físicos.
En los primeros resultados, los investigadores encontraron que comer miel antes de la práctica deportiva, retarda el tiempo de aparición de la fatiga, porque que es menor el esfuerzo del hígado para convertirla en glucosa.
Tanto la miel, como la famosa “jalea real”, desempeñan el papel de potentes catalizadores, o sea, son alimentos energéticos que mejoran el funcionamiento corporal e incluso, también la sexualidad.
Nada mejor que la miel para un baño relajante y olvidarse de los problemas cotidianos. Para comprobarlo, sólo tiene que poner 60g (2 oz) de miel en un vaso con 5 gotas de aceite de lavanda. Agregue una o dos cucharadas de esta mezcla al agua de la tina y sumérjase en ella.
Este remedio es ideal para aliviar la tensión y combatir el insomnio.
Pero ahí no terminan las propiedades y beneficios de este nutriente. Se sabe, por ejemplo, que la miel acelera el proceso de cicatrización. De hecho, si se cortó y le quedó una fea cicatriz, ésta desaparecerá como por arte de magia, después de varias aplicaciones de miel. Sólo tiene que untar una o dos cucharadas en la zona afectada, colocar sobre ella una gasa y dejarla allí hasta el día siguiente. ¡Notará los resultados!
Y para prevenir la gripa, nada mejor que una infusión hecha de plantas antisépticas y pectorales como el eucalipto, la menta, el limón o la hierbabuena, con miel oscura, que cuenta con antioxidantes y componentes que mantienen a salvo el metabolismo celular.
Sin lugar a dudas, la miel es un regalo exquisito de la naturaleza.
Desde hoy, ¡sáquele provecho, y qué nunca le falte en su hogar!