Crioterapia
El frío disminuye la temperatura en el área donde es aplicado, así que en los capilares cercanos se va a producir una vasoconstricción, que lleva asociada una menor llegada de sangre a la zona. En este sentido el frío es bueno porque puede detener una hemorragia, por ejemplo. En caso de haber sufrido un golpe y se nos haya inflamado esa zona, si nos aplicamos frío, ese edema no va a aumentar y esto es debido a que el frío no ha permitido que la sangre se salga de los capilares. Así que el frío tiene efecto antiinflamatorio.
Acción sobre los nervios: La acción del frío varía en función del tiempo de aplicación. Así, cuando la aplicación es breve producimos excitación, y si es más prolongada (5-10 minutos) se produce analgesia, disminución de la sensibilidad e incluso anestesia superficial.
. Sobre el músculo: Aminora la capacidad de contracción o excitabilidad. Cuando por causa de un proceso neurológico aparece "espasticidad", podemos aplicar hielo para conseguir relajar la musculatura.
. Disminución de la frecuencia cardíaca y alteración de la presión arterial, cuando la crioterapia es intensa y de larga duración. El principal problema que encontramos para su utilización es la mala tolerancia que se presenta, mucho mayor que cuando utilizamos el calor.
Tipos
Hoy día existen muchas técnicas para hacer llegar el frío al organismo, distinguimos entre la aplicación general y la local:
CRIOTERAPIA GENERAL (la aplicación se realiza en todo el cuerpo)
. Baños fríos: La temperatura debe oscilar entre 13-18ºC, si se trabaja con temperaturas inferiores, tendremos que disminuir el tiempo de inmersión. Se suelen realizar en una bañera.
. Cabinas de aire frío: su uso es bastante raro.
CRIOTERAPIA LOCAL (sólo sobre una parte del cuerpo)
. Bolsas de hielo: Son muy económicas, de venta en comercios (cold pack) o de fabricación casera. Contienen gel de sílice y arena mezclada. Existen de diferentes formas y tamaños para permitir la adaptación al área a tratar. Se deben almacenar en el frigorífico o bien en unidades especiales de refrigeración a -5ºC, y como mínimo dos horas antes de ser usadas. Nunca se deben colocar directamente sobre la piel y entre medias hay que colocar una toalla húmeda, tibia y confortable. Si no se sujeta bien pueden fijarse con correas o bandas de velcro.
. Masaje con hielo: Su aplicación es en áreas pequeñas como vientres musculares, tendones, bolsas sinoviales... El hielo ha de estar muy triturado y con él cubriremos áreas de 10-15 cm2 durante 5-10 minutos, mientras frotamos o friccionamos la piel con el hielo en forma de círculos. Durante el masaje aparecen las siguientes fases: frío intenso, quemazón (1-2 minutos), molestia (1-2minutos) y analgesia. La temperatura de la piel debe ser siempre superior a 15ºC para evitar riesgos de lesión.
. Toallas de hielo: Son toallas que bien contienen hielo picado adherido bien están empapadas en nieve líquida exprimida. Con ellas se envuelve la articulación o el músculo a tratar. Hay que cambiar y reponer la toalla cada 4-5 minutos.
. Baños fríos locales: Se trata de la inmersión de un miembro o extremidad (que admite temperaturas más bajas que el organismo en su totalidad) en agua cuya temperatura es de 13-18ºC. Se puede realizar en una palangana o en un baño de remolino. También se puede realizar con nieve carbónica y nitrógeno líquido que son gases a muy baja temperatura (-160ºC), que vienen en una bombona y se aplican a través de una manguera por una boquilla. El chorro de vapor que emana no se deja fijo sobre la persona.
Metodología
Dosificación: Los tiempos de aplicación deben oscilar entre 10 y 30 minutos, con menos de 10 minutos apenas conseguimos efectos y superando los 30 minutos debemos saber que se produce un reflejo del organismo que consiste en una llegada masiva de sangre, como respuesta de supervivencia ante esa baja temperatura.
Al margen de esta pauta general, el tiempo de tratamiento dependerá de la técnica de crioterapia que se utilice, de la lesión de que se trate y de la extensión de la zona.
El exceso de tiempo puede enmascarar situaciones extremas por disminución del dolor, y puede aparecer también rigidez articular.
Tenemos la posibilidad de realizar aplicaciones intermitentes como, por ejemplo, 10 minutos de frío y 5 de descanso. Cabe también alternar baños de frío con baños de calor, cuyo efecto es mejorar la circulación.
Siempre hay que valorar la sensibilidad al frío de la persona que se somete a tratamiento y si aparece, entonces la aplicación será discontínua.
Indicaciones
. Traumatismos: El frío es el elemento terapéutico de elección en situaciones agudas (desde el momento del golpe y hasta 24-48 horas después), porque disminuye el dolor y la inflamación. Pasado ese tiempo se trata con calor. Al disminuir el dolor, aumenta la movilidad. Se utiliza en: tendinitis, bursitis, desgarros, roturas musculares, esguinces, contracturas musculares, calambres, capsulitis...
. Dolor artrítico en fase aguda.
. Espasticidad: El frío disminuye el tono del músculo y lo relaja. La duración del efecto es de 60-90 minutos. Tras la aplicación se recomienda realizar ejercicios pautados. Se obtiene mejoría sobre todo en los movimientos de precisión.
. Postoperatorios: Disminuye el dolor y la inflamación.
Contraindicaciones
. Lesión reciente de la piel (heridas, magulladuras...).
. Persona sensible al frío, es decir, que tiene problemas de tolerancia al frío: si se lo aplicamos aparecerá en ellos enrojecimiento (en la cara o cualquier otra parte del cuerpo), inflamación, hinchazón, caída de la presión sanguínea, síncope...
. Enfermedades reumáticas.
. Hipertensión arterial: con el frío aumenta. Esta persona deberá estar monitorizada cuando utilice la crioterapia.
. Problemas vasculares periféricos: gangrenas, isquemias (falta de riego sanguíneo). Se caracteriza porque aparece en ellos palidez extrema.
. Persona con verdadera aversión al frío.
En cualquier caso hay que evitar el tratamiento prolongado (25-30 minutos).
Fuente : Internet