El sol y el calor
La mayoría de las personas eligen las playas para el difrute de sus vacaciones. El sol, la arena y el mar se convierten en una combinación perfecta, siempre y cuando se tomen las medidas de precaución adecuadas.
Según los especialistas "En la playa se debe tener cuidado con la exposición al sol y las elevadas temperaturas. En contacto con el calor, los capilares que circulan por la piel se vasodilatan, iniciándose una sudoración con el fin de favorecer el enfriamiento de la piel por evaporación". Este mecanismo de defensa puede estar "deteriorado" en los ancianos con lo cual son más propensos a sufrir un golpe de calor.
Como consecuencia de la sudoración, se pierde una cantidad de líquido que debe ser repuesta. Un adulto puede compensar fácilmente está pérdida, mientras que en un niño puede llegar a tener consecuencias fatales con riesgo de deshidratación, debido a que poseen un volumen corporal menor. Por ello, los niños deben estar protegidos de las altas temperaturas y tomar agua de forma periódica.
Golpe de calor
Un "golpe de calor" se manifiesta por un dolor de cabeza cada vez más intenso, malestar general, nauseas, dolores musculares y pérdida de conocimiento que puede llegar al coma. Es conveniente el traslado a un centro sanitario para una adecuada reposición hidroelectrolítica y una disminución de la temperatura corporal mediante medidas farmacológicas y físicas (agua fría).
La exposición inadecuada al sol supone también un riesgo. Esta exposición debe ser gradual, evitando las horas de mayor incidencia de radiación solar (entre las trece y las quince horas). Es conveniente el uso de cremas de protección solar.
Sin protección se puede estar expuestos al sol sin riesgo de quemaduras sólo veinte minutos; con una crema de factor 8, dos horas y cuarenta minutos; con una crema de factor 11, tres horas y cuarenta minutos; con una crema de factor 15, cinco horas; y con una crema de factor de protección máximo, más de seis horas.
Especial cuidado deben tener los niños, personas con piel sensible (tienen tendencia a sufrir quemaduras sin alcanzar un aumento de la pigmentación) y personas que estén inmunosuprimidas. La crema fotoprotectora debe ser resistente al agua, ya que el agua por sí sola puede aumentar el riesgo de quemaduras pues las gotas actúan como pequeñas lupas. La fotoprotección no debe ser reservada sólo para cuando se toma el sol, sino para cualquier actividad que se realice al aire libre, especialmente en los niños.
Cómo prevenir el golpe de calor
- Beber líquidos, especialmente agua, sobre todo si se hace ejercicio físico.
- Utilice ropa ligera, que transpire y con colores vivos.
-Evite el color negro en la vestimenta.
- Es recomendable el uso del aire acondicionado y huir de sitios cerrados.
- Tome duchas frías.
- Evite las bebidas alcohólicas ya que favorecen la deshidratación.
- No deje a un niño dentro de un auto con las ventanillas cerradas.
- Tener especial precaución con las personas mayores y con los individuos que sufren algún tipo de trastorno psicológico.
Fuente : Internet