Cuidados para cabello rizado
Aunque muchas mujeres desearían contar con el cabello lizo por creer que es más atractivo, lo cierto es que los rizos son igualmente llamativos y sensuales; sólo hay que tener los cuidados precisos para evitar que se enreden o resequen y mantenerlos saludables.
Para mucha gente los rizos o crespos tienen apariencia encantadora que denota mucha personalidad, cierto desenfado y toque juvenil, pues al recogerlo para peinarlo en distintos estilos, siempre hay pequeños mechones que escapan y dan aire de espontaneidad, casualidad y hasta coquetería.
En contraparte, quienes tienen cabello rizado saben que su melena tiene el peculiar defecto de debilitarse y romperse con facilidad, además de que es muy difícil de manejar debido a sus cualidades naturales, ya que los rizos suelen ser más bien secos y no reflejan la luz con intensidad, por lo que lucen algo opacos, y absorben la humedad del ambiente como una esponja, hecho que los ondula todavía más hasta volverse una masa incontrolable.
Antes de adoptar medidas drásticas, las mujeres (y también algunos hombres) pueden aprender algunas técnicas muy especiales, de aplicación constante, con la finalidad de dar cuidado a esta singular cualidad genética y lucir como nunca imaginaron.
Estructura e higiene
Los rizos tienen desventajas por naturaleza, debido en principio a que la grasa que producen las glándulas sebáceas no alcanza a protegerlos (requieren el doble de lo que exige el cabello liso); por otra parte, las escamas de cutícula que revisten a los rizos se encuentran muy abiertas, por lo que su superficie es rugosa y, por ende, la luz no se refleja con la misma intensidad.
Estas dos características en textura ocasionan que el cabello se enrede con mucha frecuencia y sea peculiarmente sensible a los efectos de los rayos del sol, hecho que a su vez busca ser compensado con un cepillado fuerte y desesperado para mantener el peinado en su lugar; sin embargo, con esto sólo se consigue desarrollar orquilla; las puntas se revientan y se parten en dos.
Contrario a lo que parece, la situación puede controlarse desde el momento del baño: para lavar este cabello sin dañarlo se recomienda peinarlo con suavidad antes de mojarlo y así extender la grasa natural que se acumula en las raíces. Además, debe utilizarse un champú suave, de uso frecuente, nutritivo y con pH balanceado, y el acondicionador se aplicará sobre todo en la parte media y puntas; se procederá a desenredar los rizos con suavidad, y después se enjuagarán con agua abundante.
Por otro lado, la secadora debe evitarse al máximo para no ensortijar más al cabello, quitarle forma y generar resequedad. Aunque es más recomendable dejar secar al natural, si se tiene necesidad de utilizar este instrumento se recomienda aplicar espuma acondicionadora en raíces y parte media, no sólo para moldear el peinado, sino también como protección; el difusor debe permanecer al máximo y el cabello echado hacia delante, moviéndolo en diferentes direcciones.
El moldeado extra se puede realizar con gel sin alcohol para asegurarse de que no ocasionará resequedad; para asegurar la forma del peinado en la raíz se puede recurrir al secador pero sólo cuando casi no haya humedad. Por último, para agregar más brillo existen productos en spray o gotas abrillantadoras, que aplicadas cuidadosamente brindan buenos resultados, aunque en exceso dan aspecto grasoso y sucio.
Además, vale comentar que las melenas rizadas tienen el inconveniente de sufrir más de la cuenta los embates de factores climáticos como sol y aire, por lo que es común la resequedad. Si ésta es excesiva, puede recurrirse a múltiples recursos que ayudarán a devolver la vitalidad.
Uno de los más importantes son las mascarillas revitalizadoras con proteínas, cuyas propiedades acondicionadoras y reparadoras son superiores a las de los acondicionadores habituales, por lo que harán lucir al cabello más resistente, elástico y suave al tacto; debe aplicarse después de lavarlo, dejándolo actuar durante 5 minutos, aunque debido a las particularidades de cada producto deben leerse cuidadosamente las instrucciones de uso y seguirse al pie de la letra.
Las mascarillas capilares se aplicarán, dependiendo de su composición así como del daño del cabello, cada 15 días; cualquier duda se consultará con un estilista, a fin de evitar uso excesivo o muy pobre. Para incrementar sus virtudes, luego de la aplicación del producto se envolverá la cabeza con una toalla caliente o se puede utilizar la secadora para incrementar la temperatura, sin exagerar.
Si esto pudiera parecer excesivo, existen otros acondicionadores y humectantes más suaves, como las ampolletas y cremas de aplicación semanal que ayudan a mejorar apariencia, constitución de lo rizos e incluso contribuyen a disminuir la electricidad estática, que es otro obstáculo en la obtención de un peinado excepcional. Hay tratamientos de distintas marcas, por lo que se deben leer las especificaciones de los productos para adquirir el más conveniente.
Fuente : Mujerfutura