El azúcar
Un equipo de investigadores de Nueva Jersey (Estados Unidos), han demostrado que el azúcar puede crear dependencia en animales. Los científicos han comprobado que las ratas mostraban signos característicos del síndrome de abstinencia cuando se les retiraba la dieta alta en azúcares a la que se les había acostumbrado. No obstante, se muestran cautos sobre la posible extrapolación a humanos.
La adicción a la glucosa es un término frecuentemente empleado pero que hasta ahora no ha sido demostrado científicamente. Sin embargo, tal y como se publica en una revista científica, un equipo de investigadores han demostrado que la privación de glucosa puede provocar una serie de características fisiológicas similares a las que desencadena la dependencia a otras drogas.
Los investigadores, trabajaron con un grupo de ratas obligadas a ingerir azúcar en exceso. Posteriormente, bloquearon los efectos de los hidratos de carbono y observaron que mostraban los signos asociados al síndrome de abstinencia, incluyendo los temblores y los cambios en la química cerebral.
Los investigadores justifican su observación explicando que el azúcar desencadena la producción de determinadas sustancias, los opioides naturales, en el cerebro, "lo cual es fundamental en el proceso de adicción. El cerebro se vuelve adicto a sus propios opioides de la misma forma que lo hace a la morfina o a la heroína". Aunque estas drogas poseen un efecto mayor, "el proceso es esencialmente el mismo", afirman.
Abstinencia
En sus experimentos, el equipo sometió a las ratas a un patrón de alimentación continua durante 12 horas, a base de una dieta equilibrada y al consumo constante de agua azucarada. Al eliminar radicalmente el consumo de azúcar de la dieta, los animales comenzaron a mostrar un castañeteo continuo de sus dientes, descrito como uno de los síntomas clave de la abstinencia. En algunos animales, el equipo eliminó la ingesta de azúcar y les administró una dosis bloqueante de los receptores opioides. En este caso, además del castañeteo, las ratas mostraron ansiedad y un desequilibrio en el balance de los neurotransmisores del sistema de motivación cerebral.
Por el contrario, los animales que recibieron la dieta equilibrada, sin el complemento excesivo de azúcar, y el bloqueante opioide no mostraron los síntomas de abstinencia. Asi mismo, tampoco desarrollaron estos síntomas las ratas que recibieron una dieta fija de alimentos y suplemento de agua azucarada sin llegar al atiborramiento.
Aplicar en humanos
La implicación de los resultados, en opinión de los investigadores, "es que algunos animales y personas pueden volverse adictos a la comida alta en glúcidos, especialmente si la ingieren en exceso y de forma intermitente, caso que ocurre en algunos desórdenes alimenticios como la bulimia".
A pesar de estos resultados, los investigadores se muestran cautos a la hora de poder aplicar estos hallazgos a los humanos. No obstante, según especialistas en alimentación de Nueva York (Estados Unidos), los resultados del estudio pueden proporcionar una nueva vía para estudiar la sobrealimentación. Advierten de los peligros de situar al azúcar en el mismo nivel de las drogas, por lo que prefieren emplear el término de "glucosodependiente", en lugar de "adicto".
Fuente : Ondasalud