Fibromialgia
Desde hace algún tiempo no se encuentra bien. Acude a su médico, pero todas las radiografías, análisis y exploraciones que le hacen son normales. Usted sigue sintiendo dolor y su familia duda que sea cierto. Puede estar padeciendo una fibromialgia.
Si los síntomas persisten y las pruebas que le han realizado para descartar cualquier otra enfermedad han dado negativas, probablemente esté sufriendo una fibromialgia. Una enfermedad crónica de difícil detección, que se manifiesta con dolor en múltiples localizaciones del cuerpo y un cansancio generalizado.
Pero no es el único, la fibromialgia la padece entre el 1% y el 3% de la población, siendo mas frecuente entre mujeres de edad media.
¿Por qué se produce?
La fibromialgia es una enfermedad que ha sido recientemente reconocida por la Organización Mundial de la Salud, por eso todavía no se sabe mucho de ella.
Han aparecido casos de fibromialgia después de procesos físicos (infección, artritis, alteraciones en el sistema inmunológico, alteraciones en los mecanismos protectores del dolor...), o psicológicos (ansiedad, depresión, estrés...)
Aunque estos agentes no desencadenan la enfermedad, sí que pueden despertarla en personas que ya tienen ciertas anomalías ocultas.
Síntomas
El síntoma más importante de la fibromialgia es el dolor generalizado. La expresión que define la fibromialgia es "me duele todo". Pero además se presentan otros síntomas más localizados:
Tratamiento
En la actualidad no existe ningún tratamiento eficaz contra esta enfermedad. Simplemente es muy aconsejable la detección precoz de la patología para aplicar tratamientos localizados y así mejorar la calidad de vida.
Por ello, una vez que le han diagnosticado la enfermedad, el especialista deberá: corregir su estilo de vida para evitar los factores agravantes; aplicar tratamiento psicológico si hay alteraciones psíquicas asociadas a la enfermedad; promover el ejercicio físico para que no se atrofien los músculos; infiltraciones y masajes, en el caso de dolores musculares y reumatoides; inyecciones locales en los puntos dolorosos; uso de analgésicos y otros medicamentos para aumentar la tolerancia al dolor; en caso de obesidad, pérdida de peso para no sobrecargar el cuerpo; promover la actitud positiva ante la vida...
En un futuro es posible que se encuentre un tratamiento general para esta enfermedad ya que las investigaciones están progresando con rapidez.
El ejercicio: una buena terapia
El ejercicio se convierte en el complemento perfecto para mejorar la calidad de vida de un enfermo de fibromialgia. Aunque en un principio puede resultar un poco doloroso, no hay que rendirse, ya que si cada vez se hacen menos esfuerzos la masa muscular se empobrece y se reduce la capacidad de movilidad.
Hay que comenzar poco a poco: pasear o nadar en una piscina climatizada puede ser un buen comienzo. También se pueden hacer ejercicios localizados en casa.
Consulte a su médico.