Mitos y realidades de la anestesia
La anestesiología es una de las ramas médicas que más desarrollo han tenido en el último siglo. Gracias al avance de este ciencia médica, todas las demás especialidades quirúrgicas han podido desarrollar precisas y complejas técnicas que son sólo posibles bajo los efectos de la anestesia general.
Sin embargo, esta rama de la medicina, aún cuando goza de las bondades que la hacen llevar en su logo la sigla el arte de los dioses, también acarrea una enorme responsabilidad y la carga de las complicaciones propias de cada especialidad médica que frecuentemente comprometan la vida de los pacientes.
En aras de minimizar los riesgos que la anestesia implica, desde hace varios años los anestesiólogos se han convertido en médicos perioperatorios, esto significa que han asumido papel protagónico no sólo durante el acto operatorio sino antes y después del mismo.
Valoración Pre-anestésica
Este es un proceso lleno de mitos. Mal llamado por muchos pacientes prueba de anestesia, no se trata de prueba alguna. En esta valoración, el especialista analiza el estado general del paciente que va a ser sometido a un procedimiento quirúrgico y determina el riesgo del mismo. Sirve entre otros pasos a seguir durante la intervención quirúrgica y así disminuir la ansiedad y cometer menos errores tales como comer durante las ocho horas previas.
Exámenes de laboratorio
Cada día cambian más los parámetros sobre la necesidad de los mismos. Lastimosamente, la mayoría de pacientes no quieren hacer caso del consejo médico y cuando no son solicitados, se critica al especialista como negligente; pero la verdad es que en la gran mayoría de los casos son innecesarios y se deben tomar únicamente cuando existen los antecedentes familiares y personales que lo ameriten o cuando se sabe que se trata de una cirugía donde el sangrado puede comprometer la vida del paciente.
Según los especialistas en muchos casos las pruebas están equivocadas y al repetirse se encuentran normales, comprobando que el estado del paciente es apto para el procedimiento. Hoy por hoy solo se deben solicitar exámenes de laboratorio cuando sea estrictamente necesario; eso significa que en pacientes jóvenes sanos no se requiere ningún tipo de examen prequirúrgico a menos que el procedimiento lo amerite. La radiografía de tórax sólo se solicita en pacientes fumadores o con antecedentes cardíacos y pulmonares, sea cual sea su edad, y el electrocardiograma en mayores de 40 años si es hombre o de 50 si es mujer.
Tiempo quirúrgico
Ya en las salas de cirugía existen los parámetros para hacer de este procedimiento un acto seguro y agradable. Toda sala debe contar con un mínimo de requisitos para realizar el procedimiento con seguridad y es un deber del paciente constatar que le realizan su cirugía en un lugar de confianza aprobado por la Secretaria de Salud.
En las salas de cirugía se debe controlar la frecuencia cardiaca y la atención arterial cada tres minutos, de igual manera se debe medir la cantidad de oxígeno y de CO2 que lleva la sangre arterial.
Según los anestesiólogos la moderna tecnología, como el estimulador de nervio periférico, permite probar el grado de relajación muscular así como el análisis bioespectral que determina la profundidad anestésica.
Nuevos medicamentos han incursionado en este universo. Según algunos anestesiólogos hoy en día se cuenta con excelentes medicamentos inductores del sueño que permite un rápido efecto, un metabolismo mejor y a su vez una pronta eliminación, permitiendo que el paciente despierte más rápido y de forma grata.
El postoperatorio inmediato es cada día más agradable. Las principales molestias como el vómito (más frecuente en mujeres y fumadores), los escalofríos y el dolor son bien tolerados con el uso de nuevos agentes farmacológicos.
Postoperatorio
El manejo del dolor postoperatorio es fundamental en el éxito de la cirugía. Según los especialistas las complicaciones pueden venir cuando el dolor es muy intenso y se producen sangrados por le elevación de la tensión arterial.
Es por eso que la PCA (analgesia controlada por el paciente) es una aparato que mediante una programación computarizada le permite al paciente tener en forma segura la infusión de un potente analgésico de forma continua o fármacos como la morfina y otros que generan un alivio inmediato.
Conclusión
Es fundamental que el paciente tome partido en la decisión de su anestesia. Sea cual sea la cirugía, usted debe estar seguro de las condiciones en que se va a realizar, conocer a su anestesiólogo, el lugar donde se le va intervenir, el tipo de anestesia que se le va a colocar y los posibles riesgos quirúrgicos.
Esta especialidad médica funciona de forma adecuada por el avance de la farmacología, de la tecnología en términos de monitoría, por los conocimientos de los especialistas y por la responsabilidad adquirida por los pacientes al tomar la decisión de forma madura y certera.
Fuente : Revista Aló