Las grosellas
Las grosellas (currants) negras, rojas y blancas poseen poderosas propiedades antisépticas, tanto así que, de hecho, pueden ser usadas para el tratamiento de infecciones causadas por los hongos de cándida, algunas formas de cáncer, la tos incontrolable, la esclerosis múltiple y varias enfermedades de la piel. También son un antídoto excelente contra cualquier clase de intoxicación por tomaína, especialmente de la carne.
El fruto de la grosella negra y las semillas de las bayas contienen el escaso y sumamente necesario ácido gammalinoleico (ALG).
La grosella negra constituye una de las fuentes naturales más rica en ALG descubierta hasta el momento.
Beneficios
Sistemas inmunitario y nervioso central más fuertes, por ejemplo. Para las mujeres, alivio contra posibles síndromes premenstruales, entre los cuales se encuentran las migrañas y los calambres menstruales. También fortalece el corazón y mejora la circulación sanguínea en ambos sexos, reduciendo los niveles del colesterol malo en la sangre que podrían obstruir arterias importantes.
Probablemente, a esto se debe que los esquimales coman tantas bayas como las grosellas con sus variedades de carnes grasosas.
Así mismo, consumir con frecuencia grosellas frescas o congeladas ricas en ALG ayuda a controlar la hipertensión y las inflamaciones causadas por la artritis.