La guayaba
La guayaba era un alimento tan apreciado en el continente americano que fue ofrecida a Cristóbal Colón cuando desembarcó por primera vez en las Antillas. Es, además, un ingrediente típico de dulces y la fruta que tiene mayor concentración de vitamina C y potasio.
Cuando los europeos llegaron a América, dicen los cronistas, los pobladores ya habían domesticado más de 60 especies de plantas alimenticias, como aguacate, jícama, chirimoya, guanábana, cacao, zapote, mamey, capulín, tejocote, chicozapote, ciruela amarilla, pitaya y papaya.
En aquellos tiempos, la guayaba merecía mención aparte, pues era muy apreciada y de consumo difundido. Con un tamaño de 3 a 6 centímetros de diámetro y pulpa de sabor dulce con infinidad de semillas, fue objeto de observación y especulaciones durante el periodo colonial, como las de Fray Francisco Ximénez, quien decía que su consumo curaba sarna y hinchazón de piernas, sordera y dolores de vientre.
Fruto del guayabo e ingrediente indiscutible en mermeladas, dulces y recetas de repostería, lo cierto es que este alimento posee grandes cantidades de vitamina C, aún más que limón, naranja o toronja, pues se calcula que en promedio 100 gramos de guayaba contienen más de 180 miligramos de esta vitamina, dosis más que suficiente para cubrir los 60 mg diarios que necesita una persona adulta.
Cabe recordar que la vitamina C, junto con sus similares E y A, forma parte del grupo de antioxidantes, elementos que se encargan de neutralizar las sustancias tóxicas que oxidan y destruyen a las células del organismo o generan tumores cancerígenos. También es necesaria para el crecimiento y reparación de tejidos, por lo que su consumo es idóneo luego de intervenciones quirúrgicas o durante la recuperación de cortaduras, fracturas o quemaduras.
Por otra parte, ayuda a reforzar las defensas del organismo e interviene en la formación de colágeno, proteína necesaria para la cicatrización de heridas y fortalecimiento de huesos y dientes, entre otras funciones.
Aunque ya no tan abundantes, se han descubierto otras vitaminas en la guayaba, como la A, que auxilia en la buena conservación de la vista y es importante para que ciertos tejidos de la piel puedan crecer y regenerarse con normalidad.
Este fruto contiene también vitaminas del complejo B, como tiamina (B1), indispensable en el aprovechamiento de carbohidratos y proteínas, y el buen funcionamiento del sistema nervioso; riboflamina (B2), compuesto esencial para que los tejidos utilicen en forma adecuada el oxígeno como combustible, y niacina (B3), necesaria para que los tejidos quemen de manera eficaz los carbohidratos y proteínas que producen energía.
En cuanto a minerales, destaca la abundante presencia de potasio (aproximadamente 280 mg por 100 gramos), que ayuda a controlar la presión arterial, es necesario en la transmisión de impulsos nerviosos, evita calambres y contribuye en procesos mentales que permiten al cerebro estar alerta. No menos importante es la asociación de este elemento con el sodio para mantener adecuado ritmo cardiaco. Otros minerales contenidos en la guayaba son calcio, hierro, magnesio, sodio y zinc.
Para que sus nutrientes sean mejor aprovechados, conviene escoger las piezas cuya superficie ceda a ligera presión de los dedos, tengan olor agradable y piel suave, color cremoso y que no sean muy brillosas. Además, antes de consumirla es indispensable lavarla con abundante agua y jabón para evitar que la cáscara esté contaminada.
Fuente : Saludymedicinas.com