El orégano
Esta es una planta aromática de la familia de las labiadas, que mide entre treinta y sesenta centímetros de alto. Tiene unas flores diminutas color rosado purpúreo, y sus hojas se encuentran cubiertas de un vello muy fino en la parte inferior, donde hay algunas pequeñas manchas amarillas. Crece en lugares de mediana altura, soleados, secos y rocosos.
Principalmente esta planta es antiespasmódica y expectorante, pero además es béquica y desinfectante. Así, es recomendada en casos de tos y cualquier dolencia del aparato respiratorio, en cuyo caso se debe complementar con vahos de la misma planta que se hace con 20 ó 30 gramos de planta por litro de agua hirviendo.
Asimismo, el orégano tiene propiedades digestivas, pues ayuda a eliminar los gases intestinales, es estimulante biliar y funciona como tónico estomacal. En estas situaciones, se debe tomar la infusión tres veces al día, después de las comidas.
Dicha infusión se prepara con 10 ó 20 gramos de la planta por litro de agua en ebullición. Para combatir la laringitis y la amigdalitis, las gárgaras con la infusión son una gran opción.
Además, los baños son tonificantes, para lo cual se debe preparar con un puñado de la planta por litro de agua.
Por otra parte, al combinar el orégano con romero y tomillo se consigue un aceite que se recomienda en casos de reumatismo. Su preparación consiste en macerar una mezcla de partes iguales de cada planta, en un litro de aceite de oliva. Luego, se pone al sol o en un lugar tibio durante siete días. Después se filtra y se aplica con fricciones sobre las zonas afectadas.
Para combatir la tortícolis y los lumbagos, se corta, se machaca y se calienta la planta fresca en un sartén y se aplica caliente en el área dañada.
Fuente : Internet