El Culto a la Imagen
Nuestra cultura marca, cada vez más, la importancia de la imagen. Muchas personas están en una constante lucha por ser consideradas exitosas, inteligentes, justas, eficientes, atractivas y ser reconocidas por los demás, hoy en día muchas personas se sienten presionadas a tener que dar lo mejor de si a como de lugar.
Buscan tener una apariencia positiva y de esta manera, agradar y ser queridas. Que nunca los demás se decepcionen de ellas, llega a ser un fin en sí mismo. Hoy en día es muy común ver a personas que necesitan la aprobación de los demás para sentirse seguras de sus actos y pensamientos; siendo un gran error porque “Sólo usted es quien puede ejercer su propia personalidad sin necesitar la aprobación de nadie” igual a ser una persona de carácter y que proyecta seguridad en si mismo.
Tan frecuente es esta problemática que las depresiones severas, la ansiedad social, el temor a hablar en público, la timidez, la anorexia, la bulimia y la obesidad, muchas veces, son consecuencia de esta forma de enfrentar la vida.
Las investigaciones señalan que este culto a la imagen proviene de factores de interacción familiar porque es ahí donde el ser humano tiene su primer contacto con el mundo con el otro; constantemente muchos padres les están mostrando a sus niños que lo más importante es que los demás tengan una buena opinión de ellos. Por lo tanto, lo único que vale es mostrar una faceta positiva de uno mismo.
-Así todos los conflictos se esconden, no se permite la expresión de emociones ni de opiniones.
-Se pierde totalmente la espontaneidad. Se valorizan en grado extremo las formalidades.
-Aparece la imagen de padres e hijos perfectos.
Pero es sólo una fachada, todo ser humano aprenderá a valorizarse, no de acuerdo a sus propios referentes personales, sino según el juicio de uno de los padres, el que decida elegir. De adulto, continuará dependiente de personas significativas para él. Como puede deducirse, su estilo de vida va a consistir en evitar el exponerse.
La terapia consiste en definir su propio valor. Esto se logra, primeramente, haciendo que el paciente tome conciencia de las situaciones en que se define a través de los demás. Posteriormente, conseguir que cambie el punto de vista, que aprenda a tomar el juicio de los otros como información que tiene que ver con la persona que lo emite. Es decir, tiene que ver con el otro y no con uno.
El hecho no es vender una imagen sino ser una persona segura de si misma, el carácter de una persona puede variar en diferentes situaciones de conveniencia o por simple criterio propio; es cierto que todos debemos mostrar lo mejor de si, pero no siempre eso es lo que hace que te valoren más o te quieran más... el simple hecho de quererse uno mismo y aceptarse tal y como es hace que seas una persona segura y capaz de enfrentarte ante cualquier situación cotidiana, ya sea a nivel familiar, de pareja, laboral en fin tantos contextos que compartimos a diario con los demás... carácter es una palabra muy compleja para muchos, pero bien manejada por otros y lo ideal es llegar a ser una persona de carácter.
No se puede andar por la vida constantemente al vaivén de lo que los demás piensen o digan de nosotros. Acabarían por volvernos locos, porque es imposible complacer a todos aquellos con quienes uno se cruza a diario. El qué dirán constituye una agobiante preocupación que se abate sobre muchas personas. Puede ser como una especie de terror a hacer el ridículo, una obsesión por ser como todos o una excesiva preocupación por la propia imagen que puede llegar a ser realmente perjudicial pero tampoco se trata de ser una persona rara y distinta a las demás, lo ideal es encontrar el punto medio.
Hay que comprender y saber adaptarse a la realidad que nos rodea, pero sabiendo que habrá algunas cosas en las que no se debe ceder. Lo digo porque a veces, incluso, la coherencia supone hacer sufrir un poco a los que tenemos alrededor. Es fácil que cualquier decisión que uno tome desagrade inevitablemente a alguien, pero eso no siempre significa que la acción sea mala o inoportuna. Chejov decía: que quien coloca por encima de todo la tranquilidad de sus allegados debe renunciar por completo a una vida guiada por el pensamiento propio...
Fuente : Inteco/Alfredo Ruiz