Sanar la mente para sanar el cuerpo
Toda enfermedad es una indicación para que vivamos con más conciencia. Nuestro cuerpo y nuestra mente están interrelacionados de modo que cualquier dolencia es un síntoma de un desequilibrio interno mayor.
Nuestra mente tiene mucho que ver con el desarrollo de una enfermedad y su curación. Hay ciertas actitudes que son "tóxicas" para nuestro organismo, así como también se ha comprobado que hay ciertas actitudes mentales que favorecen la salud.
Debemos tomar conciencia de nuestras actitudes habituales y revisar nuestras actividades cotidianas hasta descubrir aquello que nos hace más daño. Cuando identificamos y tenemos cconciencia de esas actitudes nocivas es preciso disponernos a realizar cambios para ser más felices y esto se logra potenciando las actitudes que más nos favorecen. La advertencia es que no es sólo cuestión de proponerse cambiar sino también de despertar, en un estado de conciencia claro, una actitud más optimista, amorosa, comprometida, etc. mientras más las evoquemos más fácil será expresarlas. Todos tenemos estas actitudes benéficas, sólo sucede que están un poco dormidas. El estado de meditación es una excelente ayuda para despertarlas.
Actitudes que ayudan:
- Optimismo. Aparece cuando no te culpas por lo malo que te sucede, entiendes que es algo pasajero que acabará solucionándose de alguna manera, no lo ves tan grave, no exageras las consecuencias futuras.
- Capacidad de soltar. Quiere decir que no te aferras y sabes que todo acabará. No te pones fatalista ni te obsesionas.
- Reirse de un mismo. Es dejar de tomarse tan en serio y dejar de dar un valor exagerado a las dificultades.
- Sentir que puedes hacer algo. Significa que tienes confianza en que puedes controlar la situación y puedes hacer que algo cambie. No te sientes a merced del destino sino con poder para afectar lo que te llega. Sientes que tienes recursos para enfrentar el problema.
- Encontrar sentido a lo que sucede. Cuando encuentras una explicación a lo que está pasando, ves su interrelación con tu pasado y con tus actitudes, entiendes su potencial para aprender algo. Lo ves como un reto que tiene sentido.
- Compromiso con la vida. Cuando entiendes que la vida te trae esta circunstancia para que crezcas y cambies algo de ti, te sientes comprometido contigo mismo, con los demás y con la vida, y pase lo que pase quieres luchar para seguir.
- Capacidad personal de cambiar. Sientes que tienes poder para cambiar, que la fuerza la tienes dentro de ti.
- Valorar a los demás. Significa que te importan las relaciones con los demás, la amistad y que confías en los demás. Te preocupas por tener relaciones sinceras, por expresar tus sentimientos y por amar, y ser amado. Te preocupas por dar y recibir cariño y afecto. Sientes que el propósito de la vida es ser útil a los demás.
Fuente: http://comomeditar8.wordpress.com/2010/10/30/sanar-la-mente-curar-el-cuerpo/