La ansiedad
La palabra ansiedad es sin duda una muy utilizada en el vocabulario cotidiano. Se emplea como referencia al estrés diario, es la culpable de que comamos o fumemos de más.
La verdad es que nadie es ajeno a sus síntomas. ¿Quién no ha sentido mariposas en el estómago antes de una cita, o fuertes palpitaciones cuando se está en peligro, o la necesidad de morderse las uñas como si fueran un delicioso manjar? Todas estas son respuestas perfectamente normales ante eventos que provocan estrés pero, ¿cuándo la ansiedad se convierte en patológica?
Cuando sus signos se agudizan y comienzan a interferir en el desarrollo normal de las actividades cotidianas, es momento de preocuparse.
Existen varios desórdenes psicológicos asociados a la ansiedad. Entre los más importantes se destacan: los trastornos de ansiedad generalizada, los causados por estrés post- traumático, las fobias, los pánicos y los trastornos obsesivo-compulsivos.
¿Qué causa la ansiedad?
Probablemente no existe una situación o condición aislada que cause un trastorno de ansiedad por sí misma. Sin embargo, hay detonantes físicos y ambientales que al combinarse, pueden provocarlo.
Se dice, además, que es también posible que una persona pueda desarrollar o heredar una susceptibilidad biológica ante estos desórdenes. Algunos sucesos de la niñez, también pueden conllevar a la aparición de ciertos miedos que a su vez, con el tiempo, pueden generarla.
Los investigadores del tema coinciden en que tanto la herencia como las sustancias químicas del cerebro, la personalidad y las experiencias de la vida, son factores que parecen estar implicados en la aparición de los trastornos asociados con la ansiedad.
Consejos para calmar la ansiedad
Estos son algunos consejos que los expertos sugieren a las personas que experimentan un estado ansioso y, particularmente, a las que sufren de ataques de pánico.
1. Elimine la adrenalina: Los excesos de adrenalina son los que causan algunos de los más molestos síntomas de los ataques de pánico. Para disipar estos excesos, intente realizar alguna actividad física como caminar, correr en el mismo lugar o bailar.
2. Desaceler su respiración: Inhale una gran cantidad de aire, aguante la respiración mientras cuenta hasta 4, entonces exhale despacio. Trate de disminuir el ritmo de su respiración entre 8 y 12 por minuto; la aliviará.
3. Distráigase: En vez de enfocarse en sus síntomas físicos, comience a hablar u observar a alguien. También, puede enjuagar su cara con agua fría o humedecerla con un paño húmedo y frío.
4. Mire hacia arriba: Las investigaciones indican que cuando miramos hacia abajo, tenemos sensaciones más intensas, por lo que se recomienda mirar hacia arriba. Esto puede actuar como un poderoso interruptor de la ansiedad.
5. Bajar los hombros: Cuando está tensa, casi siempre tiende a levantar los hombros. Bajarlos a su nivel normal, puede traerle alivio instantáneamente.
6. Disminuya la velocidad de sus pensamientos: En estado de ansiedad, los pensamientos son usualmente rápidos y desordenados. Disminuyendo su velocidad, tratando de pensar oraciones completas, puede ayudarce a aminorar la ansiedad y a la vez, le dará una mayor sensación de control sobre sus ideas.
7. Altere el volumen de su voz: Al suavizar el tono de su voz y bajar su volumen, mostrará a los demás y a usted misma que está en control.
8. Cambia su expresión facial: Si tiende a ceñir su frente cuando está ansiosa, trate de suavizar la expresión de su rostro y sonreír. Aún cuando no tenga deseos de reírse, el cambio de expresión de su boca envía un mensaje psicológico positivo a su cerebro y le hará sentir mejor.
Fuente : Mujerfutura