Depresión infantil
Los pequeños también sufren y tienen preocupaciones como los adultos, pero las expresan en forma diferente.
De ahí la importancia de conocer cómo esta enfermedad se puede manifestar en ellos, para así detectarla a tiempo y buscar ayuda.
Sintomatología
Los psicólogos,explican que la depresión infantil se manifiesta de manera diferente que en los adultos, y los síntomas son muy diversos.
Se considera depresión cuando la condición depresiva o sintomatología persiste e interfiere en la vida cotidiana del niño.
Por lo tanto, los padres deben estar atentos y consultar en caso de observar en su hijo algunos de los siguientes síntomas:
-Baja en el rendimiento académico.
-Decaimiento prolongado que no se explique por una infección o enfermedad pasajera.
-Tristeza que persiste sin alguna explicación evidente, lloriqueo o llanto fácil.
-Cambios en el patrón del apetito (disminuido o exacerbado).
-Cambios en el patrón habitual del dormir (dificultad para conciliar el sueño, despertar en la noche, dormir más de lo habitual)
- Disminución o pérdida de interés en las actividades que habitualmente el niño hacía con gusto y satisfacción.
-Cambio brusco o paulatino en la conducta.
-Tendencia a aislarse o retraimiento y falta de interés en el medio (hay niños que por temperamento les gusta estar solos, pero esto puede acentuarse o bien aparecer en un episodio depresivo).
-Dificultades de concentración y atención.
-Aburrimiento constante, escasa capacidad para disfrutar de las actividades.
-Expresión de sentimientos de desesperanza, infelicidad o deseo de morir.
Tratamiento
La depresión tiene que ser tratada y diagnosticada por un profesional. Generalmente los niños son derivados por los profesores del colegio, o porque los padres o hermanos notan que se comportan algo “extraño” y están decaídos.
También es común que sea derivado por otros profesionales, como el psicopedagogo o el pediatra.
Un psicólogo o psiquiatra infantil realizará el diagnóstico. En caso de un cuadro depresivo, se deberá realizar psicoterapia individual, incorporando a los padres para guiarlos sobre cómo ayudar a su hijo.
En algunos casos será necesario el uso de medicamentos para la disminución de la sintomatología.
Sin embargo, no se recomienda la farmacoterapia como única medida, pues es probable que los síntomas vuelvan a aparecer si es que no se enfrenta lo que está causando la depresión.
“La psicoterapia buscará detectar cuáles son las causas, otorgarle el espacio para que pueda expresar lo que le está pasando, acompañarlo y apoyarlo, ayudarlo a encontrar en sí mismo aquellas habilidades que posee para enfrentar las distintas situaciones, guiarlo para encontrar la solución de lo que lo aproblema y, sobre todo, a que conozca sus potencialidades y así influir positivamente en su autoestima”, indica la psicóloga.
Por otro lado, si la depresión se genera a partir de dificultades puntuales como un trastorno de aprendizaje por ejemplo, deberá guiarse a los padres que acudan a un psicopedagogo.
Puede que la depresión del niño esté expresando un conflicto no resuelto a nivel de la familia o de los padres, en estos casos, es probable que se derive a terapia familiar o terapia de pareja.
Fuente : www.familia.cl