La Hipnosis
Lejos de ser una forma de engaño o un mero truco de circo, aunque en pocas ocasiones se ha utilizado de esta manera, la hipnosis es un procedimiento médico con unas indicaciones determinadas, un reconocimiento profesional y unos condicionantes que determinan su utilidad en el campo terapéutico. En la actualidad cada vez más profesionales de la sanidad emplean la hipnosis como método de tratamiento coadyuvante de otros.
La hipnosis es una antigua técnica de sugestión a la que actualmente se le reconocen numerosas utilidades médicas. Recientemente, investigadores norteamericanos le han hallado una nueva utilidad terapéutica: la reducción del dolor que experimentan quienes son sometidos a intervenciones quirúrgicas.
Desde un punto de vista médico, la hipnosis puede tener diferentes utilidades y distintas indicaciones médicas. La hipnosis es útil para el tratamiento de las fobias, tipo de neurosis en el que el paciente siente una gran angustia ante la presentación de un determinado estímulo, distinto para cada caso, y del cual el paciente es conocedor. Este problema genera importantes conductas de evitación. En este campo es donde se obtienen los mejores resultados de la hipnoterapia.
Pero, ¿qué es la hipnosis? y ¿para qué sirve? Se llama hipnotismo a la producción mediante la fascinación, ya sea con cierto influjo personal o con los aparatos adecuados, de un sueño artificial durante el cual la persona que ha sido hipnotizada puede mantener una particular comunicación con el hipnotizador, y obedecer las directivas de este último. Las personas que se encuentran hipnotizadas se hallan en un estado de conciencia en el cual pueden dejar discurrir libremente su subconsciente.
La hipnosis es una técnica que permite que la persona alcance un estado de intensa relajación y concentración, en el que la mente del paciente se despega momentáneamente de las preocupaciones y asuntos. En este estado de subconciencia, una parte de la mente del paciente se encuentra más habilitada a responder de modo creativo a la sugestión y a las imágenes que les ofrece el terapeuta.
Uso y precauciones de la hipnosis
Actualmente, la hipnoterapia es utilizada por los psicólogos con distintas finalidades médicas, y como complemento de diversos abordajes psicoterapéuticos. Las usos más corrientes de la hipnosis son las siguientes:
Colaborar con los tratamientos para abandonar el hábito de fumar. Ayudar con el control del peso y los desórdenes alimentarios, como por ejemplo la bulimia y la anorexia nerviosa. Resolver alteraciones el sueño. Manejar el estrés relacionado con distintos aspectos de la vida. Reducir la ansiedad, incluso cuando ésta se presenta asociada con el pánico, los temores y distintos tipos de fobia. Mejorar la creatividad personal. Incrementar la autoestima y la confianza en uno mismo. Controlar el dolor. Resolver traumas psíquicos y emocionales originados en la infancia. Colaborar con la superación de problemas del aprendizaje.
Existen dos situaciones en las que no debe usarse la hipnosis. La primera es la esquizofrenia, estado de desconexión de la realidad en el que el paciente podría malinterpretar las sugestiones del terapeuta: una sugestión podría ser interpretada como una revelación divina o extraterrestre. La segunda situación en que se aconseja no usar la hipnoterapia es la histeria. En esta entidad el paciente manipula la información que recibe así como su enfermedad para obtener la atención de los demás u otro fin.
Todas estas indicaciones de la hipnosis deben ir siempre acompañadas de otro tipo de terapéutica. Ya se ha dicho que la hipnoterapia debe usarse como tratamiento coadyuvante de otras técnicas terapéuticas y compete al médico especialista la coordinación de las mismas. A pesar de que la hipnosis no es peligrosa, sino más bien al contrario, incluso divertida, ésta debe ser llevada a cabo por un terapeuta experimentado, capaz no solo de inducir una hipnosis sino también de revertirla en caso necesario.
Fuente : Buenasalud