Conocerse uno mismo
El ritmo de vida que nos marca la sociedad, hace que cada vez estemos menos conectados con nuestro interior. Es así, no nos conocemos y como consecuencia, nos sorprendemos haciendo cosas que pensábamos jamás haríamos.
El autoconocimiento es muy importante para todos; recientemente, han sido los expertos en inteligencia emocional y desarrollo los que han apuntado la importancia de que nos conozcamos mejor, evitando la indiferencia y, desde luego, el autoengaño. Difícilmente podríamos mejorar nuestro rendimiento si no fuéramos bien conscientes de lo que nos falta, y aún de lo que nos sobra. Pero no se trata sólo de conocer nuestras fortalezas y debilidades: también de reconocer y gestionar bien nuestras emociones y cultivar la confianza en nosotros mismos.
No podemos permanecer indiferentes ante esta necesidad de conocernos porque esta despreocupación retrasaría nuestra madurez, obstaculizaría la comprensión de lo que nos acontece en nuestras relaciones personales y nos procuraría inquietudes o desazones evitables. Parece saludable practicar la autoobservación: el sencillo ejercicio de escuchar nuestra voz u observarnos en un vídeo puede suponer un cierto descubrimiento enriquecedor.
El conocimiento interior es un viaje lleno de esperanza pero también de frustración. Sufrimiento y placer; risas y lágrimas... pero sentimientos al fin y al cabo. Y es que, no somos autómatas y actuar como tal, tarde o temprano pasa factura y no se lograrían buenos resultados en nuestra vida.
El miedo a dar y recibir amor, a decepcionarnos, a sufrir...Liberarse de estas barreras es el primer paso para un conocimiento profundo de nosotros mismos. Pero para ello es fundamental darse cuenta de que estas ataduras existen. El miedo al dolor, nos impulsa a ir por la vida buscando el placer, de forma fácil y rápida. Cuando hacemos un alto en el camino percibimos una frustración o una inconformidad con la vida. Nos planteamos: ¿hacia dónde vamos?, ¿cuáles son mis metas?.
Vivimos en una constante contradicción: queremos vivir plenamente sin dolor, miedo, rabia, ansiedad, pero seguimos definiéndonos por esos mismos parámetros. Ignoramos posiciones más positivas e incluso nos sentimos amenazados por ellas. Seguimos la máxima de "No voy a arriesgarme a creer, o amar, ... porque no soportaría fracasar y salir herido".
El conocimiento de uno mismo proporciona una nueva forma de ver la vida, un entusiasmo por todo lo que se puede sacar de ella, sin lamentos, libre de sentimientos de culpa y de ansiedad producto de acontecimientos pasados. Se reconocen los errores cometidos y se promete que no se van a repetir, pero no se malgasta el tiempo en arrepentimientos por lo que se pudo haber hecho y no se hizo o por lo que se ha hecho y no se debió hacer.
Es reconocer que el pasado no se puede cambiar, que es mejor aprender la lección y seguir adelante que recrearse en el sufrimiento. Tampoco el futuro produce ansiedad, las preocupaciones son del momento presente y puesto que el futuro es variable, no se pierde el tiempo actual preocupándose por lo que podrá suceder y sobre lo que no se tiene ningún control. Se vive el "aquí y ahora". Tratar de entender que la vida es cada día que nos ofrece Dios de existencia, el saber aprender a ganar o perder sin caer en reproches y negativismos; el entender que cada experiencia por buena o mala que sea siempre te dejara una enseñanza.
Se valora la propia independencia, el no depender de los demás ni que los demás dependan de ti. Las relaciones se basan en el respeto mutuo y el derecho de cada uno a tomar sus propias decisiones. El amor no lleva implícito la imposición de los propios valores en la pareja. La aceptación personal, sin quejas, es primordial, se conoce el aspecto físico y se acepta. Esta aceptación hace que se sea más natural.
Pasos para alcanzar la paz interior
Elige como quieres sentirte: El principio que rige este razonamiento es el siguiente: "así pensamos, así nos sentimos". Los sentimientos provienen de lo que nos pasa por la cabeza. Si estamos imaginando como serán nuestras próximas vacaciones en la playa nos sentiremos muy bien. Sin embargo si pensamos en un agobiante día de trabajo los sentimientos serán bien distintos. Piensa que puedes, márcate objetivos pequeños y observa los cambios.
Si no te gusta...cambia el concepto sobre ti mismo: Se tienen muchas imágenes sobre uno mismo y estas cambian con las circunstancias. Si te preguntaran si te gustas a ti mismo es posible que contestaras negativamente; sin embargo, si te detienes un momento y analizas todos los aspectos, seguramente comprobarás que en algunas áreas te sientes satisfecho y en otras no.
Rompe con el pasado: Tenemos la costumbre de definirnos basándonos en nuestro pasado, en nuestra historia personal. Esta forma de pensar nos inmoviliza; es decir: si yo siempre he sido tímido, es que soy así, es mi carácter y no lo puedo cambiar.
Esta afirmación, pese a ser absolutamente falsa, determina el comportamiento de mucha gente, que justifica su actuación (o no actuación) en una definición de si mismo enclaustrada en el pasado. Se crea así un circulo cerrado que hay que romper: cómo soy tímido no hago esto, ¿porqué?, por que soy tímido. Lo correcto sería decir: "hasta ahora he sido así..."
La clave es “conocerse a uno mismo” se entiende que eso es lo que el ser humano necesita, ‘despertar el dios dormido dentro nuestro’, buscar la salvación adentro de uno mismo, no desde afuera. “Tenemos que conocernos a nosotros mismos” “ya que el conocerse a uno mismo es conocerle a Dios.” La “auto-realización” es una enseñanza básica, el yoga, la meditación trascendental todos los sabios han buscado auto-realizarse, todos enseñaban el conocerse a uno mismo para encontrar la verdad que nos libera...
El saber conocernos nos ayuda a mejorar nuestra parte interior y el saber que queremos en la vida, y así poder proyectarnos exteriormente ante los que nos rodean... con una verdad propia.
Fuente : Revista 5 Sentidos