Ecuación para derrotar el pesimismo
La gente que va por el mundo quejándose de todo lo que le pasa, criticando lo que ocurre a su alrededor y negándose a proponer soluciones para sus problemas se estaciona en un callejón sin salida: El pesimismo.
Este tipo de personas se consideran deficientes, inadecuadas e inútiles, y atribuyen sus experiencias desagradables a un defecto físico, moral o mental. El pesimista tiende a rechazarse a sí mismo porque cree que los demás lo rechazarán. Asimismo, es parte del grupo que tiene una concepción negativa del mundo y se derrota socialmente, es decir, siente que todos los demás le demandan enormes exigencias y están encargados de poner obstáculos en su camino para que nunca pueda cumplir los objetivos de su vida, los cuales, muchas veces, no existen.
Ante tal panorama, el futuro deja de tener sentido, ya que se le considera un hoyo negro que traerá más problemas y nulas satisfacciones, consideración negativa que hará que el pesimista se convenza de que sus problemas y experiencias continuarán indefinidamente y se harán más grandes e incontrolables.
Pero no todo acaba ahí, ya que estos personajes tienden a deformar sus experiencias, malinterpretan acontecimientos concretos e irrelevantes tomándolos como fracaso, privación o rechazo personal, y exageran o generalizan excesivamente cualquier situación por más sencilla que sea. En otras palabras, se acentúa lo negativo y se excluyen casi por completo los hechos positivos.
El pesimismo puede ser una tendencia que se convierta en forma de vida, pues preocupaciones, estrés y problemas cotidianos nos agobian con una fuerza difícil de superar; sin embargo, hoy puede ser el inicio de un cambio si aprendemos a modificar nuestros pensamientos.
Si usted se identifica con la mayoría de estas características tenga en cuenta que no todo está perdido, ya que la orientación negativa, es decir, lo que un individuo se dice a sí mismo con respecto a los hechos o pensamientos que le acontecen cotidianamente, puede modificarse, y lograr con ello una actitud más positiva que seguramente se reflejará en su conducta y en el trato que reciba de las personas con las que convive.
La técnica ABC
Claro está que no se puede andar por la vida considerando que todo lo que nos pasa es excelente, que no hay problemas y que basta con una sonrisa para obtener la mejor calificación escolar, la aceptación de la persona que nos gusta o un ascenso laboral. No, pero intentar todo ello y cientos de cosas más con pensamientos positivos nos darán mayores probabilidades de éxito.
Es interesante conocer la técnica ABC, la cual se utiliza para cambiar el tipo de conducta pesimista y mejorar la calidad de vida. No pierda de vista que el estilo de pensamiento de las personas negativas se relaciona con frases como "soy inferior", "no lo voy a conseguir", "no puedo hacer nada para mejorar" y "soy un fracaso", las cuales se deberán ubicar en la letra B de la tabla que se presenta a continuación:
A- Adversidad o hecho.
B- Creencia o pensamiento positivo o negativo.
C- Consecuencia y cómo me siento.
Normalmente se cree que lo que pasa en "C" está determinado por lo que ocurre en "A", pero no es así. En realidad, se debe siempre al "B", es decir, a lo que nos decimos o pensamos de "A", lo que significa que los pensamientos de un pesimista sobre una adversidad o hecho son negativos, frustrantes y exagerados.
La siguiente tabla de ejemplos para identificar al ABC es clara:
I
A- Alguien, en una reunión o fiesta, le frunce el ceño (hecho).
B- Me digo: lo han hecho a propósito para no verme o molestarme.
C- Seguro que no me soporta, nadie lo hace, le caigo mal (malestar).
II
A- Voy a cumplir 40 años (hecho).
B- Me estoy haciendo viejo/a, no me queda tiempo para nada, no hice algo importante en la vida, voy a fallar sexualmente.
C- Angustia, depresión, malestar, aislamiento social, cambios de pareja.
III
A- Ya tengo 35 años y no tengo pareja... o no tengo hijos...
B- Nadie se fija en mí, nunca voy a encontrar a la persona que me quiera, nunca voy a poder ser madre/padre, nunca lograré estar en pareja como los demás.
C- Coraje, desaliento, rencor y envidia.
Como puede usted observar a través de estos ejemplos, no es el hecho en sí mismo lo que determina nuestra conducta, sino el pensamiento que se genera luego de alguna experiencia.
Analice ahora los siguientes ejemplos y note las diferencias que existen en el pensamiento que se genera sobre un mismo hecho o acontecimiento:
IV
A- Su mejor amigo/a no responde a sus llamadas telefónicas.
B- Piensa que no quiere hablar con usted.
C- Se deprime por el resto del día y siente que ya no tiene amigos.
V
A- Su mejor amigo/a no responde a sus llamadas telefónicas.
B- Piensa que estará muy ocupado/a pero insistirá hasta poder hablar con esa persona.
C- Realiza sus actividades con normalidad y cumple con lo que había planeado.
VI
A-Tiene una pelea con su pareja.
B- Piensa que nunca hace nada correctamente, que ya no se entienden y que lo mejor sería separarse.
C- Se siente mal, culpable y fracasado.
VII
A- Tiene una pelea con su pareja.
B- Piensa que siempre se pueden aclarar las cosas.
C- Decide conversar con su pareja y analizar lo que sucedió para tratar que no se repita la situación.
Este sencillo método puede ponerse en práctica para distinguir la conducta y el pensamiento de cada una de las personas que nos rodean, así como para realizar un autodiagnóstico que nos permita saber si nuestra personalidad puede catalogarse como pesimista.
Fuente : Saludymedicinas.com