Pequeñas razones para un disgusto

En muchas ocasiones, ese intermitente lloriqueo preocupa a los padres, que aún no reconocen la causa que lo provoca. Basta saber que generalmente se debe a razones muy comunes y que, rara vez, sera incapaz de poner solución al problema.

Entre las causas más habituales del llanto del bebé, la primera de ellas es el hambre, seguida de la soledad, la incomodidad física y el dolor.

El Hambre

Por pequeño que parezca, el bebé tiene un reloj biológico perfecto, y no será difícil calcular a qué hora debe darle la siguiente comida, dependiendo de si la anterior la tomó entera o no.

Puede ser que él la exija antes, en cuyo caso se la dara, pero no debe retrasársela fuera de un margen lógico, por considerar que aún no tiene hambre. Lo mejor es que se habitúe a un horario cuanto antes, y las comidas pueden ayudarle a ello, aunque se vayan espaciando al ritmo del desarrollo del niño y de su paso del pecho al biberón.

Está sucio

Además de que la muda frecuente de pañales le evitará escozores e irritaciones, no puede olvidar que mantenerlo limpio y hacer de esa tarea un momento agradable y divertido, es el primer paso para fomentar en él el hábito de la higiene.

En principio, la muda debe hacerse cada 2 ó 3 horas, procurando que coincida después de las comidas y –por supuesto- siempre que se percate de olores "sospechosos", Igualmente, le avisará si se encuentra incómodo, afirman los expertos.

Desde los primeros días, debe preguntarse si su llanto no se producirá por causa del frío, por el calor, porque le metio mal la camisa, o porque no le gusta que dormir del lado derecho, sino del izquierdo y él aún no puede cambiarse por sí mismo.

No es un payaso

Por muy hermoso que sea su niño, lo cierto es que no puede pedirle que se "luzca" constantemente y delante de todo desconocido que se acerca.

Si le exige muchas gracias, lo más probable es que se maree y comience a llorar. Y con toda razón.

También puede ocurrir que haya tensión en casa. Por pequeños que sean, los bebés son muy listos, a la hora de captar ambientes. Si se encontran tensos, irritables o preocupados, es más que probable que el niño pase un buen rato quejándose, con lo que sus nervios se pondrán aún más tensos, ante su "injustificada" protesta.

Para solucionar esto, el primer paso será buscar la causa de las tensiones entre los mismos adultos. Intentar engañar al bebé no dará resultado.

Aunque sus necesidades físicas estén absolutamente cubiertas, el niño puede necesitar más atenciones de los que ya le ha dado. Requiere atención y mimos, y no puede racionalizárselos. Él será quien ponga la medida de lo que necesita y, si le da menos, protestará y exigirá lo que le corresponde por derecho propio.

Esta enfermo

El pequeño cuerpo de su bebé se encuentra ahora en una etapa de continua adaptación y más de una vez, esto le provocará dolores, que también debe investigar, pues pueden esconder enfermedades o problemas de mayor o menor envergadura.

Los dolores más comunes son los intestinales, ya sea por gases o estreñimiento. En el primero de los casos, bastará incorporarle y darle unos pequeños golpecitos en la espalda. Para el segundo, el pediatra puede indicarle unos masajes que le relajen y ayuden, además de recetar -si él lo considera oportuno- algún supositorio de glicerina.

Un proceso característico de estos primeros meses de vida es el conocido como cólicos del lactante. Suelen ser niños alimentados con leche artificial, que rompen bruscamente a llorar tras la toma, al tiempo que encogen las piernas y se les congestiona la cara.

El tratamiento más indicado será la sustitución de esa alimentación por otros preparados de soja-o maíz, que le resulten más tolerables.

También debe asegurarse de que el dolor no es de oídos, en cuyo caso el niño se tocará inevitablemente las orejas, moverá la cabeza de un lado a otro estando acostado y se mostrará inconsolable. Estas molestias deben ser bien controladas y consultadas con el doctor, para evitar complicaciones más graves.

¿Y si no llora?

Si el niño no llora ni aún en las inevitables situaciones de incomodidad o dolor, estará justificada una consulta al pediatra, para que éste investigue la causa de la "bondad" de nuestro bebé.

Existen algunos procesos patológicos caracterizados por la falta de expresividad del niño, que tienen origen cerebral y que obedecen a malformaciones o a causas del metabolismo, pero la ausencia de llanto puede ser también una de las primeras manifestaciones del autismo.

En resumen

- Tampoco debe agobiarse. No pasa nada si deja pasar un par de minutos antes de acudir a consolarle. En muchas ocasiones, cuando llegue ya se habrá calmado solo, pues habrá cambiado por sí mismo la postura o habrá encontrado el chupete.

- No es malo que llore. Lo que hay que hacer es remediar la causa del llanto y calmarlo. Pero si el problema, por ejemplo, es un susto, hay que permitir que se desahogue y libere su nerviosismo.

- Durante estos primeros doce meses, los cambios de humor del bebé se deberán principalmente a causas físicas. A partir de entonces, habrá que buscar las razones en su entorno.

-Cuenta con una ventaja: la memoria del niño es muy corta: una vez puesto el remedio a la causa que provocó su llanto, y calmado éste, será muy fácil arrancarle una sonrisa a su bebé.

- Los bebés tranquilos lloran poco, salvo cuando hay dolor. Pero si tienen una personalidad nerviosa, es más fácil que lloren y, como consecuencia, lo pongan nervioso, lo que les hará llorar más... Esto puede crear un círculo vicioso que han de saber cortar los adultos porque el bebé no será capaz de hacerlo solo.

Fuente : www.familia.cl