¿Su hijo se muerde las uñas?
Todos nos mordemos algunas vez las uñas cuando estamos nerviosos, pero hay quien lo hace de manera habitual aunque las tenga ya tan comidas que no haya donde hincar el diente. Si su niño es uno de tantos “comeuñas” sabrá lo difícil que resulta dejar este “vicio” tan incómodo: uñas demasiado cortas, padrastros, heridas... Aquí tiene algunos trucos para conseguir que sus hijos no se coman las uñas.
Casi la mitad de la población, sobre todo los niños y adolescentes, se muerde las uñas. Los médicos llaman a este desdeñable hábito onicofagia, que afecta igual a hombres que a mujeres, aunque suele disminuir con la edad.
El problema aparece cuando se convierte en algo compulsivo, ya que puede ser indicativo de una situación de gran ansiedad. Desde el punto de vista estético, resulta muy perjudicial para nuestra imagen, sobre todo para una mujer: tener las manos como muñones, llenas de padrastros o pellejos da un aspecto poco cuidado.
¿Qué hacer?
Además de la fuerza de voluntad, existen remedios médicos en las farmacias; el más conocido, los esmaltes con sabor desagradable para disuadir a los mordedores.
Sin embargo, actualmente la onicofagia grave se trata desde el punto de vista psicológico, trabajando en la autoconfianza de quien la sufre, haciéndole consciente del problema. El apoyo y la ayuda de amigos y familiares es muy importante.
Si su hijo padece mucha ansiedad, lo mejor es que ataque primero este problema realizando ejercicios relajantes o alguna actividad física que le alivie el estrés, le ayude a relajar los nervios y mantenga la mente ocupada y la boca lejos de las uñas.
A los niños que se comen las uñas se les puede motivar con pequeños regalos que pueden perder si caen de nuevo en la tentación.
Dentistas y psicólogos
Uno de los tratamientos más eficaces para solucionar la onicofagia es la acción combinada de psicólogo y dentista, los dos aspectos implicados en el problema. No olvide que morderse las uñas puede provocar problemas en la dentadura.
Para realizar este tratamiento, el dentista le hace al paciente unas cédulas que no se ven pero que impiden morder y sólo deben quitarse para comer. Por su parte, el psicólogo tratará de descubrir las causas de esa conducta y solucionar los problemas de ansiedad, tristeza, falta de autoestima...
Estos métodos suelen aplicarse sólo en caso de que este vicio haya provocado el desgaste de los dientes, ya que dificulta el habla y puede ser bastante incómodo.
Si el problema no es demasiado grave, hay algunos remedios caseros que puedes emplear con su niño:
- Primero piense en qué situaciones se muerde las uñas su hijo y cuando lo vea en ellas ayudele a cuentar hasta 10 antes de hacerlo.
- Untele esmaltes de mal sabor.
- Pongale dedales o tiritas cuando esté en casa.
- Tenga siempre a mano una lima y limele las uñas.
- Ayudele a tener fuerza de voluntad y apoyelo mucho.
Consultele a su médico.