Estimulación temprana
La Estimulación Temprana es una disciplina terapéutica que asiste al bebé de riesgo, por enfermedades o alteraciones que comprometen su desarrollo psico-físico e intelectual. El tratamiento de estimulación temprana se va dando en un proceso dinámico y constructivo. Se puede comparar este proceso con la construcción de una casa; en la primera etapa se construyen los cimientos, es decir la base (la etapa de la Estimulación Temprana). La edificación posterior de la casa, o sea el crecimiento y desarrollo del niño, se dará acorde a las características de su compromiso psico-físico e intelectual y las particularidades de su medio.
Los fundamentos o recursos teoricoprácticos de esta disciplina surgen de especialidades médicas tales como pediatría, neuropediatría, genética, psicología, psicopedagogía, del psicoanálisis, de la fonoaudiología, entre los principales.
Preguntas frecuentes
¿Cómo llega el paciente a la consulta?
Fundamentalmente por la derivación del médico pediatra, como así también por el médico neurólogo o genetista. Muchas veces, por una inquietud de los padres o una observación de la profesora de la guardería, una amiga o un familiar.
¿En qué etapa de la vida del niño se indica el tratamiento?
En el período que va desde el nacimiento hasta los 36 meses de edad.
¿Puede recibir tratamiento cualquier niño, aún sin recursos económicos?
Sí puede, pues no sólo hay instituciones privadas que se ocupan del tema y atienden obras sociales, sino que en casi todos los hospitales de niños o centros de salud funcionan equipos especializados.
¿Un mismo profesional puede atender los múltiples problemas de desarrollo?
Lo ideal es que el terapeuta tenga su profesión básica en la especificidad que el paciente necesita, como por ejemplo: un chiquito hipoacúsico con un fonoaudiólogo o un profesor de sordos especializado; Un niño con compromiso motor o una parálisis, con un kinesiólogo especializado, etc. Las intervenciones terapéuticas del especialista son sostenidas por un equipo interdisciplinario.
¿Cuáles son los problemas que llevan a la consulta al bebé y su familia?
Los problemas pueden darse por una gran variedad de síndromes, por alteraciones genéticas, dentro de las cuales las más conocidas son el Síndrome de Down, síndrome de la fragilidad del X, síndrome de West, síndrome de Prader-Willy, etc.; alteraciones neurológicas, como secuelas de meningitis, encefalitis, malformaciones, anoxias; causas obstétricas, el estrés del parto, sufrimiento fetal intrauterino y neonatal, prematurez; enfermedades sociales, tales como desnutrición crónica, abandonos, malos tratos, etc.; problemas sensoriales, como ceguera, hipoacusia y otras como por ejemplo autismos, secuelas de traumatismos y accidentes.
¿Con qué herramientas se instrumenta ese tratamiento?
En primer lugar, desde la observación clínica, donde se analizan las características vinculares de esa familia y su bebé. Se interviene para restituir a la mamá dolida en su rol de tal. A que ella pueda rearmar el proyecto del hijo deseado, esperado, por el hijo diferente que llegó.
Se interviene además en sesiones con la familia propia, padre-madre-otros hijos. También con la familia ampliada: abuelos, tíos, primos (si es necesario y acorde a las características de esa familia). Un instrumento básico es el juego; sabemos que todo bebé se va desarrollando desde la interacción por contacto, por miradas, por sabores, por sonidos y por objetos (juguetes) que median. También a la mayoría se le brindan ejercicios, siempre desde el juego, para facilitarles el desarrollo postural, su movilidad y desplazamiento, además de técnicas especiales acorde al compromiso del niño. Todo el tratamiento se realiza a través de los padres, con el asesoramiento de un equipo interdisciplinario, representado en un terapeuta único que interactúa con la familia.
Consulte a su médico.
Fuente : Latinsalud