Dejo ir y abro mi vida a un mayor bien.
Dejar ir
Dejar ir puede ser una experiencia muy positiva. Determino dejar ir los pensamientos negativos y limitantes, la gente y las experiencias que no son para mi mayor bien y los hábitos que me roban energía. Cuando dejo ir, abro la puerta a un mayor bien, nuevas relaciones personales, interacciones positivas y satisfacción.
Al dejar ir, estoy dispuesto a recibir nuevas bendiciones. Pongo mi confianza en un poder mayor y sé, sin duda alguna, que Dios está conmigo y en mí guiando todo lo que hago. A medida que suelto lo que ya no me es útil, mi vida florece. ¡Acojo mi transformación con gozo, ya que siempre es bueno crecer en Dios!
Apocalipsis 3:20
“Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo”.