Bendecido
En el momento en el que me convertí en una idea en la Mente Divina, fui bendecido. No tengo que ganarme mis bendiciones; ellas son mi derecho de nacimiento. Abro los ojos a las muchas bendiciones en mi vida. Mi Creador me ama, me guía y provee para mí. Cuando me siento débil, encuentro un mensaje que me fortalece. Cuando el pesar se torna abrumador, recuerdo que no estoy solo.
Mi cuerpo es un vehículo maravilloso para mi expresión única del Espíritu, y es sustentado por la abundancia a mi alrededor y sanado por la Vida perfecta en mí. Mi corazón entona un cántico que solo mi Dios puede oír. Nadie puede retener mis bendiciones, porque provienen de Dios.
—Génesis 5:2 (NTV)
Los creó hombre y mujer, y los bendijo y los llamó “humanos”.