Bienvenida
Con amabilidad y gozo, doy a otros la bienvenida en mi casa, en mi comunidad espiritual o en mi lugar de trabajo. Yo también siento gratitud cuando los demás me dan la bienvenida en su casa. Dar la bienvenida es una manera de demostrar amor y aprecio por los demás. Es un modo de expresar el amor de Dios en mí. Y, al compartir el amor de Dios, yo también soy bendecido.
Recibo con beneplácito a Dios en mi vida de maneras inclusive mayores. Al mantener mi mente y mi corazón en armonía con Dios, aprecio la guía, el consuelo, el amor y la armonía que experimento gracias a ello. Busco ser un conducto por medio del cual el amor de Dios puede expresarse.
Recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.—Romanos 15:7